sábado, noviembre 05, 2005

NO ES BOICOT DEFENDERSE DE LA AGRESIÓN ECONÓMICA

Errar es de humanos; no rectificar es de mal humano; errar para beneficiarse es criminal y amoral. Un hombre de Estado con vocación de servir a su país desde la política jamás hubiera soltado la nefasta frase de “aceptaré el estatuto que apruebe el parlamento catalán”. Así sin más. Sin pensar en las consecuencias el día que pudiera llegar a gobernar.

Probablemente hizo esta propuesta para ayudar a su partido en las elecciones a la Generalidad de Cataluña y contando con su apoyo en la constitucionalidad e idoneidad social y democrática del proyecto de estatuto. Pero no contó con que el PSC tuvo que apoyarse en los nacionalistas y llegado el momento en que ganó las generales, él también.

No quiso, o consideró que no tenía porqué, o no fue capaz de renunciar a la poltrona por el bien de España, pero el caso es que no rectificó. Prefirió sacrificar a España antes que ceder la gloria. Tampoco consideró confesar públicamente que España está por encima de él y del estatuto, el cual, al ser anticonstitucional y antidemocrático, no es viable y tendría que ser devuelto.

Da la clara impresión de que el estatuto se elabora a partir, y en base, a la famosa “proclama” del hoy presidente. Todos se apresuraron a imponer sus reivindicaciones y nadie cedió. Naturalmente los burgueses (CiU) no perdieron la ocasión de hacer sus aportes de carácter económico en semejante chollo.

El estatuto es claramente la elaboración cuidadosa de un contrato en el que una parte recibe todo lo que pide y el cedente debe proteger y garantizar su propia desventaja fuera de Cataluña y ellos se encargan de asegurar el chollo dentro de su cubil, inmovilizando o controlando cualquier articulación o movimiento ciudadano.

No solo se pide la independencia, sino que, además, se planea que sea España la garante de la misma y de sus intereses en el territorio nacional y en las relaciones con la UE. Además de garantizar la ventaja de ser parte del mercado único, ventaja que en principio, perdería con la independencia. España en la nación catalana no tiene absolutamente acceso, ni autoridad, ni representatividad ninguna. Para asegurar su estrategia limitan, hasta casi la anulación, la libre circulación de ciudadanos, especialmente a nivel oficial o comercial relevante, al imponer el idioma catalán, poco atractivo profesionalmente para nadie, dada su limitación a nivel local, cubriendo sus necesidades de mano de obra con la inmigración.

Mas o menos a grandes rasgos, el cotrato contempla que Cataluña sea nación, casi estado, con su bandera, su hacienda, su caja de S.S., su justicia, su himno, todas las competencias menos algunas compartidas, por su interés y bajo su control. Libre comercio en España, sin aranceles ni impuestos. La única relación de Cataluña con el Estado español son unas comisiones adjuntas a la administración y exteriores, que negociarán, de igual a igual, los asuntos que sean o consideren que puedan ser de interés para Cataluña, dentro de España o compartiendo la diplomacia española en la UE o en cualquier país del mundo, exigiendo acuerdos de su exclusivo interés y decidiendo unilateralmente la aplicación y el momento.

ZP asegura que el texto se reformará, dejando patente la fuerte identidad catalana. El Sr. presidente, al igual que le ocurriera a Sabino Arana, también debe pensar que los españoles no tenemos identidad, ni enjundia, como los vizcainos o los catalanes, por lo que constantemente tenemos que ceder al chantaje y extorsión. Ya son al menos tres los que piensan así: ZP, Arana y Arzallus.

A esta petición de soberanía sobre España lo llaman estatuto, lo califican de razonable y arremeten, calificando de boicotistas, a los que se defienden de esta agresión insultante y humillante, dejando claras evidencias de la bajeza de catadura y calaña de la gente que participa en esta farsa. Hasta el punto de que el radical José Luis Pérez Díez (Carod Rovira, en catalán) pretende convencer a Maragall de que recurra a la justicia para frenar el “odio étnico” contra Cataluña. ¿De qué raza o etnia son los que viven en Cataluña para ser odiados por ello? Cabría preguntar por qué los aragoneses, como él, se inmiscuyen en asuntos étnicos exclusivos de catalanes. No hay duda de que se tienen un puesto asegurado en el cielo de los cínicos. Agreden abiertamente y se hacen las víctimas con las protestas de los agredidos por ellos, en perfectas escenificaciones fariseicas.

Ya se han quitado la máscara. Ya sabemos lo que son y sus sentimientos sobre España y los españoles. Ya sabemos que solo somos unos “tercermundistas” con obligación de servirlos y enriquecerlos.

Es nuestro deber, sin odio ni rencor, defender nuestros intereses, invirtiendo o gastando nuestro dinero en empresas localizadas en áreas de garantías fiscales y de cohesión territorial. No es un boicot. Es una defensa para recuperar lo que nos pertenece. Es ejercer el legítimo derecho al libre comercio, según intereses y con unos mínimos de ética y de moral, evitando la burla y el acatamiento a la codicia y altanería del nacionalismo radical. Puenteemos la política de los mercaderes. De los gobernantes que viven de todos y benefician a unos pocos.

Los políticos descentralizaron el poder y reconcentraron la economía. Hagamos nosotros su trabajo por nuestro bien. Acabemos con las exigencias y chulería totalitaria de los que viven mejor con nuestros medios y por nuestra pasividad permisiva. Hagamos una redistribución económica mas justa y equitativa por todo el territorio nacional, reduciendo las ventajas que los gobiernos conceden sistemáticamente a los que viven del victimismo y de la extorsión.

Vivamos al margen de los políticos que no saben defender los intereses vitales. Hagamos nuestros propios códigos ciudadanos, donde se concentre el poder con lo mejor de las personas, dejando al margen las bandas de lobos. No permitamos que nos sigan destruyendo, utilizando y explotando.

martes, noviembre 01, 2005

COSAS QUE LOS NACIONALISTAS DEBEN SABER

LOS NACIONALISMOS VASCO Y CATALAN LLEVAN MÁS DE UN SIGLO EXPRIMIENDO A ESPAÑA

Desde últimos del XIX el nacionalismo catalán y vasco por un lado y sus burguesías por otro, solo han exprimido a España, sirviéndose de sus presiones combinadas, de las debilidades de los gobiernos o colaboraciones puntuales. Este sistema de extorsiones, o corrupciones, o intereses bastardos y otras mezquindades egoistas les sirvió hasta el día de hoy para consolidar una economía fuerte y protegida en ambas regiones, dando la espalda al resto de ciudadanía española, tanto por los gobiernos nacionales como por los regionales, que por otro lado no respondió a su desheredad, dado que al fin y al cabo era riqueza para España. Daba un poco igual donde se ubicara. Esto motivó que se desplazaran grandes masas de habitantes de zonas más deprimidas en un intento de hacer fortuna en esas regiones más "afortunadas", donde, por el contrario, tuvieron que trabajar duro y sufrir el escarnio de la discriminación.

Cuando acabó la dictadura, por fallecimiento de la misma, y nos colocan la estafa que "disfrutamos" actualmente, todo el mundo estuvo de acuerdo en la descentralización de los poderes. Se diseñó una constitución y se procedió al autogobierno autonómico de las distintas regiones.

Pero nadie se acordó, o no mencionó, o no le dio la gana de descentralizar el poder económico, permitiendo durante décadas la depresión artificial y sostenida, en la mayor parte del territorio nacional, mientras aumentaba el re-enriquecimiento de las sanguijuelas nacionalistas y sus burguesías asociadas.

Aún resuenan las protestas saltarinas y airadas, con sus voceras y espumarajos, de Jordi Pujol cuando Felipe González sugirió en una mesa de negocios con empresarios españoles e inversores extranjeros, que en España "había muchas regiones buenas para inversiones, además de Cataluña y el País Vasco". Cataluña no iba a permitir perder el proteccionismo de su comercio nacional y de importación, ni la garantía de mano de obra barata y puntual de otras regiones.

Se perdió una gran oportunidad para hacer justicia al conjunto ciudadano.

Entonces se gestó el PER. Ese que parece que arruina a Cataluña para que los "vagos" andaluces vivan bien. Pregunten a Jordi Pujol . Quizás sepa de quienes y porqué tanta generosidad con tanto "vago". Los mismos "vagos" que durante décadas han estado sosteniendo gran parte de la economía vasca y catalana. Pregúntenle.

Por otro lado, el PER lo paga el conjunto ciudadano de sus impuestos. Ya está bien de que eduquen a la gente en Cataluña, en el convencimiento de ésta paga todo a todo el mundo.

Ahora que, gracias a los fondos de cohesión de la UE, el nivel nacional se acerca al catalán y vasco, los nacionalistas recurren al federalismo, sistema que permite la explotación del mercado inter-regional con mínimas o nulas aportaciones al Estado.

No señor. Cataluña no es de los catalanes. Cataluña es de los españoles, cuya miseria de años y años están invertidas allí, por la codicia y triquiñuelas nacionalistas, contra su voluntad o por su ignorancia. Se acabó ser ventajistas y pretender ser respetados. Esta vez no chantajearéis al gobierno de la Nación. Esta vez los ciudadanos pondremos las cosas en su lugar, por encima de los colaboracionistas.

Como inversores no permitiremos una mala gestión de nuestros intereses de nuestra Cataluña. Como españoles decimos basta al esquilmo fraudulento de Cataluña a la Nación y al Estado.

Se acabó.