miércoles, mayo 14, 2008

En un estado autoritario y corrupto el ciudadano puede y debe ejercer el derecho a legítima defensa de sus derechos y libertades fundamentales.







DECLARACIÓN UNIVERSAL DE DD.HH

(El estado español, reconoce y ratifica estos derechos fundamentales)

Artículo 1

Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Artículo 7

Todos son iguales ante la ley y tienen, sin distinción, derecho a igual protección de la ley. Todos tienen derecho a igual protección contra toda discriminación que infrinja esta Declaración y contra toda provocación a tal discriminación.

Artículo 10

Toda persona tiene derecho, en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia penal.





CARTA DE LOS DERECHOS FUNDAMENTALES DE LA UNIÓN EUROPEA

(A pesar de todo, el estado español continúa siendo reconocido y formando parte de la UE)

CAPÍTULO III. IGUALDAD

Artículo 20.

Igualdad ante la Ley

Todas las personas, hombres y mujeres, son iguales ante la Ley.

Artículo 21. Igualdad y no discriminación

1.- Se prohíbe toda discriminación, y en particular la ejercida por motivos de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual.






CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA

(A pesar de sus violación permanente, sigue vigente y oficialmente representa la legalidad de una democracia que se paga pero que esperamos durante treinta años, estando a día de hoy mucho más lejana que cuando Franco hacía guardias)

Artículo14:

Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Artículo32.1:

El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio con plena igualdad jurídica.

Articulo 139.1:

Todos los españoles tienen los mismos derechos y obligaciones en cualquier parte del territorio del Estado.





El Tribunal, antaño, Constitucional -por estar pensado para vigilar la constitucionalidad de las leyes políticas, compartiendo esa responsabilidad con el Jefe del Estado pero que ambos omiten por igual- toma una decisión en la que avalan la intolerable violación del principio de igualdad como derecho fundamental, perfectamente recogidos en los articulados de nuestra Constitución, en la Carta de derechos fundamentales de la UE y en La Declaración Universal de los DD.HH, dando legitimidad al artículo 153.1 del Código Penal modificado por la ley de violencia de género y que permite elevar las penas en los casos en los que el varón sea el agresor y la mujer la víctima. De esta manera el T.C. queda inutilizado bajo la voluntad del gobierno que así, junto a la tradicional omisión y colaboracionismo del Jefe de Estado, legitima sus atropellos e infracciones in-Constitucionales. Ninguna ley Promulgada por este gobierno, avalada por el T.C. y refrendada por el Jefe del Estado, podrán ser aceptadas como ajustadas a derecho.

Queda la nación sin garantías legales y sin garantías democráticas. Sin justicia y sin derechos. Queda pues, el ciudadano en derecho, deber y libertad de decidir, individual o colectivamente, sobre las medidas a tomar para el ejercicio a legítima defensa de sus derechos y libertades fundamentales, contra todo aquel que los viole, desde cualquier institución del estado autoritario y corrupto, que rige la nación.



Ningún juez puede acatar una ley inconstitucional o que viola el inalienable principio de igualdad u otro derecho fundamental cualquiera. Ningún juez puede aplicar una ley a sabiendas que va contra la justicia. Ninguna ley puede agredir el derecho que pretende garantizar. Ninguna ley contra derecho es válida para hacer justicia, como servidumbre del mismo derecho, y como única utilidad que la justifica. No se puede hacer justicia, con leyes contra la justicia. Sin justicia no puede haber derechos. Si hay que someterse a la voluntad del caudillo de turno. Las FSE estarán obligadas a desobedecer cualquier orden o consigna que implique la violación de estos derechos.

¿Para qué queremos a los jueces y a los tribunales, si se les niegan los instrumentos para impartir justicia, exigiéndoles violar los derechos? ¿Para qué queremos FSE, si ya no necesitan guardar las apariencias? Ya han ganado. Ya sabemos todos lo que son y como se las gastan. Que dejen de disimular y manden directamente a sus sicarios y se dejen de parafernalias y tapaderas. Todos sabemos lo que pretenden ocultar. Ya no engañan a nadie ni necesitan hacerlo. Franco al menos asumía su condición de caudillo dictador y nos ahorraba un montón de dinero y recursos evitando los decorados y a cientos de miles de sueldos y equipamientos entre servicios y titulares.

Lo más probable es que los jueces que acepten esta ley y la apliquen, podrán ser llevados ante los tribunales internacionales, por prevaricación, por los agraviados en sus sentencias, a no ser que puedan demostrar que las leyes de ZP tienen un rango mayor que la Carta Magna y que los derechos fundamentales, recogidos por la ONU, la UE y nuestra Constitución, entre otros muchos órganos de estados y sociedades asociadas internacionales. El Gobierno y el Jefe del Estado deben ser llevados ante tribunales internacionales por mangoneo, manipulación y extorsión de la legalidad constitucional y de las Instituciones de Justicia.



Ni es el primero ni el único derecho violado en España, que cae en picado en la degradación legal arrastrada por la degeneración moral de la mayoría de nuestros políticos. Un proyecto que nació como democrático hace treinta años y que finalmente acaba en el lodazal del caudillaje socialista aliado y dependiente del nacionalsocialismo de los radicales y terroristas. La UE que les abrió las puertas, entusiasmada por el rollo bananero del manido y sobado antifranquismo, los apoyó y les imprimió un movimiento imparable contra sus víctimas, legitimando sus calenturientas propuestas y fantasías de claro corte simple e infantil. Ahora se vuelven de espaldas e ignoran y dejan a la nación abandonada a su suerte, en medio de esta gusanera irrespirable y a merced de la ‘piedad’ del caudillito Z y sus recuas de miserables, que ellos ayudaron a consolidar, como única opción para salir vivo de ella. Sin oposición que frene este festín de inmundicia infernal, culminado con la broma sarcástica e hiriente, del estreno de un ‘Ministerio de Igualdad’, como guinda de este pastel fecal.

Magnífico vídeo ilustrativo de los atropellos del estado, Vía Anghara



Clandestino

¿Dónde está el estado?



La justicia que pagamos y exigimos, el estado la niega. Nuevamente un agente de las FSE, paga las cuentas que la omisión cobarde y negligente del estado, carga a sus víctimas.

La Guardia Civil sigue siendo el blanco fácil para los perros mal domados nazis vascos, pupilos de nueceros y acogidos por el estado de ZP, que no de los españoles, aunque lo paguemos a precio de oro y sangre.

Casas cuartel con familias viviendo acuarteladas, hacinadas en condiciones precarias, casi inhumanas, en habitáculos poco más amplios que un zulo y sin un mínimo de movilidad y espacios lúdicos con un perímetro de seguridad. Ahí sobreviven hacinados y a veces asustados, mujeres, niños y hombres 'tirados' por el estado, desamparados por el estado y olvidados por el estado. El mismo estado que legitima y acondiciona a sus asesinos en las instituciones de perseguirlos, nacionales y europeas, con mejores condiciones, estatus y sueldos que sus victimas. El mismo estado que se conduele y se vuelca con las necesidades humanitarias de un miserable multiasesino.

Un estado para el que el vil asesinato de agentes de las FSE, o de civiles inocentes, a manos de la organización terrorista estatal, que no marginal, no son mas que simples accidentes. Un estado a día de hoy muy semejante al montón de escombros en que ha quedado convertida la casa cuartel de la Guardia Civil de Legutiano, bajo los efectos de la bomba asesina de la izquierda nacionalista.

Esa es la verdadera foto de lo que queda de la España hundida en el lodazal de la memoria histórica de ZP y sus secuaces. ZP y los 'arrimados' de Rajoy. Aún la veremos mucho más destruida, si alguien no hace justicia, y pronto, con los asesinos nacionalistas, y todo su entorno desde HB a PNV pasando por ERC e IU y acabando por el desgobierno traidor de ZP, en pleno.



No es casualidad. Asesinaron a un socialista, que ayudó a su victoria electoral. Ahora lo hacen con un agente de la Guardia Civil, para forzar la continuidad de su rendición, dada su sobradamente conocida cobardía de traidor antinacional y antidemocrático.

El estado no puede seguir siendo un cubil para ratas asesinas y criminales. Con la Constitución en la mano, cualquier poder del estado, civil, judicial, policial o militar, o en su defecto el de la soberanía popular, está en el ineludible deber de impedirlo, por todos los medios disponibles al efecto y contra todos los que se opongan.

Si España tuviera un Jefe de Estado cumpliendo sus deberes constitucionales, Un Jefe Supremo de las FF.AA -que las mantuviera bien formadas, equipadas y debidamente alejadas de las manazas de los traidores y nacionalistas enemigos del derecho- un T.C., y una Justicia independiente, ya hace años que habría ordenado a las FSE el desalojo de todos los cómplices de los asesinos, de todas las instituciones del estado, Moncloa incluida, y suspendido algunos autogobiernos autonómicos, hasta recibir garantías de lealtad a la nación y a su legalidad democrática, por parte de estos. Se habrían evitado muchas muertes inocentes -y las que inevitablemente seguirán produciéndose- y la explotación y sometimiento de una nación a manos de sus asesinos y de sus protectores o patronos beneficiarios, nazis y nueceros, de distintos gobiernos, tanto central, como autonómicos y municipales, en los que la traición, la omisión, la corrupción y la podredumbre campan a sus anchas, sin limitación, cortedad ni disimulo.

Ninguna nación que se precie puede mantener un estado para que sirva a sus enemigos y se ensañe contra ella misma, pero muy especialmente y bajo ninguna circunstancia ni pretexto, puede someterse al cruento rito de ser obligada, por su propio estado, a suministrar las raciones de sangre para sus asesinos y a satisfacer la avaricia, exigencias y humillaciones de los promotores -de esos asesinos- que militan en el hampa institucional nacionalista, para que perdonen algunas vidas, a cambio de que los traidores aseguren poltronas con la condición de servirlos.



Ninguna nación, bajo ningún pretexto ni circunstancia, puede permitir que su estado sea condicionado por el hampa criminal al que está obligado a perseguir. Por el hampa que controla y gestiona las rentas del delito contra la nación, e impide cualquier posibilidad de justicia y desarrollo democrático del estado o desde él. Por el mismo que financia el fin de la nación, con el expolio a la propia nación, sirviéndose de los electos que reciclan el voto dándole formato de escudo para su impunidad criminal.

Ninguna nación puede consentir que su estado de su propiedad, de cobijo en sus instituciones, a los asesinos y desampare a sus víctimas. No puede permitir que sus asesinos tengan más derechos que sus víctimas. Que tengan más derechos, seguridad, libertad y amparo, que los agentes que los han de combatir.

Ninguna nación digna y decente, pagaría un estado para que legalice el despojo de sus derechos, la negación de la justicia y permita o negocie su vulnerabilidad sometiéndola al hampa criminal. No puede dejarse avasallar por los capataces y esbirros del crimen, a la vez que les paga como sus servidores.

¡¡¡NOOOOO!!!

¡Solo muertos!

Clandestino

lunes, mayo 12, 2008

El Estado recrea la historia de la felonía y del nacionalsocialismo.



La monarquía se desenmascara y se posiciona junto al conglomerado de izquierdas nazis y republicanas, frente a la nación, tras treinta años ejerciendo de Jefe de Estado ‘paja’, como tapadera de lujo, al mangoneo político contra la nación y contra su legalidad constitucional. Treinta años de estafa democrática, culmina con el estado en manos de los eternos enemigos de la justicia, coaligados en una gran alianza en la que se concentran la mayoría de ellos y en la que ahora la oposición pugna por incorporarse. Rotas y anuladas las garantías del derecho ciudadano, ya no necesitan representarse en algunos papeles. El pueblo ha sido definitivamente vencido y sometido. Así de ufanos y ostentosos muestran su triunfo y humillante regodeo, al perdedor.

¿Quién nos iba a decir que escapar de la unidad nacional del franquismo pasaría por la destrucción nacional, a manos de una alianza tan traidora y omisa, como peculiar y atípica, sumándose la monarquía con republicanos, nazis, corruptos y proasesinos? Si el franquismo era ‘Guatemala’ ¿Qué hemos hecho para merecer las dramáticas y sangrantes tarascadas de todo el clan mafioso del ‘Guatepeor’, hasta incluso romper la neutralidad debida del monarca, como principal peana sobre la que se aireaba su condición real?

"Sí. Es un hombre muy honesto. Muy recto. Que no divaga. O sea, la gente cree que hace cosas así... como divagando –levanta entonces la mano y la mueve de un lado a otro–, pero no hay nada de eso. Él sabe muy bien hacia qué dirección va y por qué y para qué hace las cosas. Tiene profundas convicciones. Es un ser humano íntegro".

Por extraño que parezca, estas palabras las dedica quien viviera, bajo la renuncia a las responsabilidades inherentes al ejercicio, pero no al uso y disfrute de su condición de Jefe de Estado y de rey de todos los españoles, al ocupa del gobierno más traidor, embustero, corrosivo y agresivo, contra España, de todos los conocidos, tanto en monarquías, como en dictaduras, solo superados, ambos dos, hasta el momento, por Fernando VII. Al que legitima a terroristas socialnacionalistas vascos y nos vende a los nazis que manifiestan, ostentosa y públicamente, el más recalcitrante odio a España, hasta incluso apoyar y amparar, el terrorismo asesino que mata a españoles. Digo ‘el que fuera rey’, porque su toma clara de partido, lo deslegitima para seguir siéndolo, aunque como todo lo que viene desde el estado, será impuesto por la ‘legitimidad’ de sus santos ‘bemoles’ de déspotas.



La dejación de deberes, encomendados y recogidos en el articulado de la Carta Magna, como Jefe de Estado, que una vez más pone a España en el brete de tener que reventar para volver a revivir, le obliga a buscar apoyo y calor político en el lado de los que, como él, muchas de sus actuaciones tienen un claro olor y formato de delitos criminales contra la nación, en la omisión y renuncia al cumplimiento de sus funciones, rebajándose al nivel de la mentira, de la estafa y de la traición. No es la primera vez que un Borbón protagoniza la obstrucción del desarrollo de una Constitución en España. Para ello ha sacrificado la inmunidad que le garantizaba su supuesta lealtad a la unidad nacional, al despreciar a la España víctima del acoso criminal desde el estado ocupado por los que alaba públicamente, sin recato ni pudor, optando por el alineamiento con los que dividen y enfrentan a los españoles, a cambio de refugio y respaldo a su felonía. Una huida hacia adelante toda vez que su supervivencia reside en la obstrucción total a la posibilidad de la instauración democrática, que terminaría pidiéndole cuentas, como al resto de todos aquellos que las tengan pendientes.

Para seguir disfrutando de lo que no merece, no le queda más remedio que sumar esfuerzos con los que están en su mismo cesto contra la legalidad constitucional y frente a la nación, republicanos y antimonárquicos incluidos. Sabe que su camino no tiene retorno. Ya está condenado y solo puede salvar lo que pueda durante el tiempo que pueda. Ya no puede ser rey de todos los españoles. Ya no puede gozar del respeto y de la inmunidad ligada a la neutralidad, ya rota. Ha tomado partido. Y lo ha tomado por unos españoles que desprecian, agreden y desamparan a otros españoles, desde la omisión del estado que él renunció a mantener en la legalidad constitucional, como principal deber omitido. Ahora tendrá que asumir la crítica ciudadana y la responsabilidad política y legal de sus actos punibles. Somos muchos millones de ciudadanos los que no podemos reconocer como rey a alguien que se alía con los enemigos de la nación a la que pertenecemos, a los que tampoco se les puede reconocer legitimidad como Gobierno de todos los españoles. Como español considero indignos de representar a la nación, a los que le dispensan un trato peor que al ganado, obviando todo deber constitucional y la observación del debido decoro personal, desde el ejercicio de la honorabilidad y decencia en el servicio, y con la lealtad y honradez desde la ética y la moral exigible a todo cargo público.



En este lamentable escenario con el que la historia vuelve a arrastrar y sumir a la nación en los mas negros augurios de su memoria, creo que merece la pena recordar el origen de esta España residual de sí misma, condenada a resurgir de sus cenizas, tras dejarse caer de la mano del engaño y la traición. Nuevamente la España que se sobrepuso, a costa de sangre y horror, al humillante sometimiento del imperio napoleónico, como resultado del engaño y la traición del ‘El Deseado’. O la que se sobrepuso, a costa de sangre y horror, al caos y al desorden criminal orquestado por la anarquía de las izquierdas, en el treinta y seis. Nuevamente enfila su destino repitiendo la ruta del sacrificio en aras de la sinrazón, promocionada, esta vez, por ambas causas y causantes, al unísono, incidiendo la traición criminal de la izquierda republicana, con la omisión colaboracionista de la monarquía Borbónica.



¿Habrán de ser nuevamente la sangre y el horror los medios para recuperar la dignidad y la libertad, de una nación condenada a ser siempre carcomida y diezmada desde su propia retaguardia, por sus propios traidores y renegados, desde sus propios poderes, tras la estampida y fuga de sus principales causantes? ¿O por el contrario permitiremos que la canalla que nos ocupa legitime el caos del terror, el crimen y la traición, meándose sobre las tumbas y la memoria de aquellos cientos de miles de héroes que dejaron su vida para legarnos una nación libre, honorable y digna?
El rey ya no puede serlo. Debe abdicar. Los códigos legales deben ser vaciados de leyes criminales contra derechos, y los gobiernos central, autonómicos y municipales, puestos a disposición judicial. Solo la limpia del crimen organizado dentro del estado, puede devolver la normalidad a la convivencia rota y destruida por las bandas ocupas y por nuestra negligente sumisión.



No más dictaduras. No más terror ni corrupción del nazismo nacionalsocialista. No más borbones ensombreciendo los horizontes del futuro de España. Solo si nos sacudimos a ambos del camino, de una vez por todas, podremos merecer y disfrutar del derecho a andarlo sobre las garantías de la justicia, de la paz y de la concordia. Nuestros antepasados los vencieron en no pocas ocasiones, pero no supieron concretarlo para consolidar su erradicación definitiva.

Ahora toca. Tendrá que ser ahora.

Ni el estado, ni el gobierno representan a la nación. Esta corrupto y podrido. Su desplome es definitivo y nuevamente deja a la nación a merced de la anarquía criminal. El pueblo está solo e indefenso frente a todos ellos con todos nuestros poderes, medios y recursos públicos, a su entera disposición. Solo fuera del alcance de los criminales, de forma clandestina, podrá volverse a engendrar el nuevo germen de la libertad. Es deber y derecho. La razón y la justicia nos asiste.



Me permito recomendar un un buen artículo de Federico Jiménez Losantos, Los Nuestros, publicado, hace tiempo, en El Mundo, donde relata con meridiana claridad, como es habitual en él, algunas características y anécdotas históricas de un Borbón y Borbón, cuyo rastro genético condena a España al revisionismo terco y suicida de condenarse rebozándose en los peores lodos y miserias de su historia. Tanto monárquica como republicana, esta vez a pachas, junto a lo peor de entre lo peor, practicando el ensañamiento sobre toda una población engañada y desamparada, en la absoluta indefensión, sin justicia ni derechos, frente a las jaurías de miserables que se alimentan de ella, con la impunidad del encubrimiento corporativo o de la legalización de sus intereses o delitos, y en connivencia con una oposición dispersa huyendo de un líder inane y cobarde.


Clandestino