viernes, mayo 24, 2013

EL PELAJE NO OCULTA AL LADRÓN.



La ley no se aplica por mayorías. Un solo ciudadano del lado de la ley, tiene más legitimidad y autoridad, que todo el crimen organizado en el estado, junto.

No legitimemos a unos ladrones con otros. A unos omisos con otros. A unos mafiosos con otros. A una canalla con otra.

Alguien de derechas, es un señor. Alguien de izquierdas, es un señor. Un liberal, es un señor. Un político es un señor. Un juez, es un señor. Un policía es un señor. Un empleado público es un señor. Un sindicalista es un señor. Un andaluz, valenciano, catalán, vasco o extremeño, es un señor. Un rey es un señor Majestad.

Quien roba es un ladrón, sea de derechas o de izquierdas. Sea de donde sea y lo que sea, si roba no es más que un vulgar ladrón al que todos tenemos el deber de exigir su condena correspondiente. Exactamente igual al que comete delito de omisisón, corrupción, suiciasesinato, promulgación de leyes contra derechos fundamentales, cumplir órdenes contra derechos democráticos o violar leyes en la obligación de cumplirlas y hacerlas cumplir.

Los que delinquen malversando los recursos del estado, violando la ley u omitiendo sus deberes legales y constitucionales, NO son ateos ni creyentes, ni políticos, ni poderosos ni débiles, ni de izquierdas ni de derechas, ni reyes ni príncipes, ni policías ni militares. Son delincuentes. Son ladrones a los que la democracia tiene el ineludible deber de meter entre rejas, cargando de agravantes a todos aquellos cuyos deltos se cometan en ostentación de cargos o responsabilidades públicas. La democracia no debe darles cuartel ni respiro, mientras uno  solo esté en nuestras instituciones o en libertad. La democracia es el ultimo mecanismo legítimo para hacer Justicia, cuando todos los demás se han autocorrompido robando, omitiendo y apaleando víctimas. Todos sin excepción somos victimas de nuestro propio estado ladrón y mafioso, tras ser pagado y equipado para que persiga al crimen que lo ocupa.

La democracia es el poder soberano al que se subordina la totalidad de su servidumbre, desde el Jefe del Estado hasta el último bedel. Que ni un solo marginado del estado, ose levantar la mirada del suelo, ante una sola de sus víctimas, con la contractualidad constitucional en sus manos. Ni uno solo de sus millones de delincuentes que nos acosan, roban o apalean merece ni la hez de una sola de sus vícitimas que les paga sus propias garantías.

Nuestro estado ha sido tomado por corruptos, ladrones, omisos y terroristas, masacrando, física, económica, moral y culturalmente, el derecho, la dignidad y la libertad de una ciudadanía envilecida y dividida ideológica y socialmente, en escuelas y universidades.

Que todas las víctimas de España, independientemente de ideología, origen, credo o condición, se unan a otras en el objetivo común de hacer contra el crimen organizado en nuestro estado de nuestra propiedad, la Justicia que ese, nuestro estado, nos deniega. Son nuestra servidumbre, que marginándose de la ley, se declara en rebeldía contra la nación, para usando nuestro estado, leyes y recursos dedicarse al pillaje contra la nación a la que deben subordinación y servicio. Hay que poner fin a esta canalla, por todos los medios. La ley, el derecho y la razón nos asiste.

Todos, menos los marginados de él, somos el poder. Somos la democracia. Es nuestro deber y derecho perseguir al crimen hasta sus últimos agujeros. Nuestros descendientes no merecen esta escoria.

Democracia = Demos Kratos = Autoridad del Pueblo.