

Finalmente el “brillante estado social” de zp se reduce a un esperpéntico remedo del socialismo genocida de Castro, sostenido mentira a mentira con el viejo prospecto socialista alemán de Hitler y su inestimable Goebels. Ahí empieza y ahí acaba el talante y la capacidad política de este impresentable. Tras liquidar la práctica del estado de derecho, previa corrupción de todos y cada uno de los controles democráticos, todos quedamos a merced del crimen organizado en el estado, que se procura impunidad con los poderes de este y legitimada con la ley.
La organización que lidera zp, admitida a registro como partido político a pesar de los antecedentes terroristas en los que se vio envuelto y aún sin investigar, claramente renunció al Gobierno de España desde el primer momento en el que ocuparon las instituciones. Se limitaron a ir deshaciéndose de lealtades constitucionales y achicar los espacios al estado de derecho en lo que hoy no tengo ninguna duda, fue un proceso previa y premeditadamente planificado.
Sin políticos. Sin políticas de estado. Corrompidos todos y cada uno de los controles democráticos y por ende el estado de derecho, y con una parte de la ley amparando las agresiones criminales contra el derecho, la justicia se reduce a una triste utopía inalcanzable, para cualquiera de las víctimas del régimen y sus bandas de alineados a sueldo. El crimen nazi organizado tras el inapelable afiche goebelsiano de “políticas sociales”, le ha ganado la espalda a la nación y le ha ocupado su poder y su estado, y desde él la destroza sin más limitaciones a su saña que dar por satisfecho sus resentimientos y fanatismo primitivo y visceral anidado en su carencia o pobre espíritu, totalmente exenta de valor ético y moral. Sin oposición y sin recato constitucional, nada les impide incriminar a sus víctimas y fragmentar a la nación en pequeñas porciones asignadas a caciques franquiciados por el ‘padrino’ en jefe, que tras blindarse contra vindicaciones comunes masivas, inoculando su odio resentido a unos contra los otros, se allanan el camino para reprimir política y fiscalmente a las víctimas de cada feudo, sometidas e indefensas, dando rienda suelta a su despilfarro y avaricia. El estado es utilizado para procurar a cada cacique las garantías de seguridad ante cualquier eventual levantamiento, consecuencia del ejercicio al derecho de legítima defensa, como deber ineludible del ciudadano libre.
Pero aún nos queda ‘La Red’. Gran espacio semipúblico para desahogo a los pataleos. Sabedores de que la verdad es su enemigo mortal, por ser mucho más visible y asumible para todo el mundo, que sus mentiras y manipulaciones, repetidas hasta la saciedad, pero solo receptivas a sus privilegiados y a sus fanatizados, han decidido apoderarse de ella, como ya han hecho con nuestras vidas y con todo aquello que legitima y arma el derecho y la libertad. Han empezado su campaña mediática con la excusa de las ‘descargas’, basándola en una supuesta defensa de la cultura, que les importa un bledo y que lo último que desean es que esta se ponga al alcance de todo el mundo como es su deber, pero haciendo todo lo contrario poniendo todo el interés en evitar su propagación, eliminando la posibilidad desde el adoctrinamiento escolar, hasta no escatimar esfuerzos en evitar que esto sea posible a través de un medio tan magnífico como la red. Pero además la Red también es un medio magnífico para dejar al aire todas y cada una de sus desvergüenzas. Diez medios digitales pregonando la verdad de sus miserias mediáticas en la red, pueden desmantelar su inmenso y aparatoso tinglado propagandístico, contra todo lo que huela a decencia y libertad. La avaricia de titiriteros y apesebrados incapaces de sobrevivir con lo que ellos llaman cultura, les viene al pelo para justificar el control de la red previsto en su ley “sinde”, asegurar votos y silenciar la verdad. Conociendo su ilimitada capacidad para violar y esquilmar, que nadie dude que su objetivo es tomar el control de la red, como forma de silenciar la verdad, silenciando a los que la propagan en ella. Así su imperio mediático sería infinito, sumando a sus serviles del papel, su total control mediático digital.
La tantean a menudo con pequeños amagos y cierres de blogs. Ahora dan un paso más, y pretenden incriminar como troll a alguien que le canta las verdades del barquero a todo el que sabe que esta le molesta por razones obvias. Naturalmente no acuden a los tribunales. Eso obligaría a demostrar culpa, algo contradictorio con quienes se manifiestan contra las actuaciones judiciales, como por ejemplo para salvar a un imputado que aún nadie sabe de su culpa o de su inocencia toda vez que aún no ha sido juzgado ni se ha dictado sentencia. Solo se sabe que tiene un cajón donde según las malas lenguas, es jaula para faisanes y otros pájaros de guardar, siendo de imperiosa necesidad que el cuidador del cajón pueda seguir haciéndolo. Algo tiene el juez que no tiene la Democracia. Ya me gustaría haberles vistos tan apurados y angustiados en su defensa, como los veo en la del juez, aunque solo hubiera sido un día.

Hace mucho que la total carencia de decoro, honestidad y honorabilidad, debida en nuestros servidores, nos permitió comprobar su despreciable arbitrariedad inconstitucionalmente legal, instaurada por nuestros sirvientes, en una descarada agresión contra la nación. Cuando se levantaron en rebeldía contra la nación usando los poderes de la nación contra la nación, fragmentando y enfrentando a la nación, el estupor y el miedo nos atenazó impidiéndonos arrojarlos de nuestro estado y hundirlos en nuestras peores mazmorras, como es nuestro deber, poniendo justicia donde ellos con sus leyes y nuestro estado la impiden. Esta situación no será indefinida. El abuso y la represión progresiva pronto será insostenible y la desesperación empezará a dar señales de su terrible y angustiosa presencia. La desesperación achica los espacios al miedo y al respeto.
Clandestino