viernes, mayo 04, 2007

El blog, profiláctico para la comunicación.


Entre otras razones -profesionales, comerciales, informativas, promocionales, etc.- para muchas personas escribir en un blog es compartir ideas y opiniones con otras personas, cuantas más mejor, creando debates que puedan ayudarnos a todos a entender y entendernos mejor, conociéndonos mejor. Es pedir y ofrecer ayuda. Romper esa molesta barrera de perjuicios que nos impide hacerlo cara a cara en el avión, el restaurante, el tren o el parque, enajenándonos de nuestra propia especie, repeliéndonos hasta poner en peligro de extinción la realación social y llevarnos a una absoluta soledad individual, entre grandes multitudes.

Esta falta de comunicación mueve a compartir con los demás las ideas en un intento por limpiarlas de perjuicios y tabúes que nos impiden el uso y disfrute de aspectos interesantes que despreciamos e ignoramos y pueden enriquecer el espíritu y las normas, cuando las asimilamos en una selección basada en la lógica y la naturalidad. Esas ideas que manan de nuestra exclusiva cosecha intelectual allá en nuestro sombrío y solitario deambular, necesitamos medirlas, cotejarlas, homologarlas y validarlas. Tras un teclado las lanzamos al cosmos en la esperanza de recibir los deseados ecos que nos ayuden a evaluarnos a su través. Su valor será aquello que quede en pié tras un chorro de críticas, calificaciones y descalificaciones que las desnuden, despiecen y presenten los restos de sus esencias, en su plenitud de valores y aromas o su decepcionante desaparición tras la burbujilla final del efecto arrollador del agua tras pulsar la cisterna del inodoro, dejándonos en la realidad que araña nuestra posible fragilidad moral, ética o intelectual, que nos obliga a una reflexión que recomponga esos momentos de perpleja inseguridad.

Como un preservativo reduce ciertos miedos en el amor, el blog reduce esos inexplicables efectos repelentes, incitando a la intercomunicación entre millones de desconocidos, permitiendo la indispensable necesidad de la comunicación entre la humanidad, cuya evolución técnica y económica es inversamente proporcional a la evolución social y política, que nos lleva a un nivel de aburguesamiento familiar y degradación política, que nos convierte en potenciales auto marginados. El intercambio de ideas y conceptos, a través del blog, nos llevará poco a poco a recuperar la objetividad y los referentes éticos y morales que permitan la convivencia abierta, sin miedos y sin complejos ante lo extraño, poderoso o agresivo, armados cada uno con su verdad y la racionalidad para llevarla a debate culto y cívico, que nos una en el conocimiento.

martes, mayo 01, 2007

Cuando la verdad duele en una democracia sin demócratas

En las vísperas del día mundial del trabajador, los sindicatos UGT y CC.OO y, en el mismo lote, la COE, han recibido el 'Premio a la Concordia' por la Fundación ‘Fernando Abril Martorell’. Destaca el Sr. Jordi Sevilla, Ministro de Administraciones Públicas, en su blog, la labor sindical aseverando que “...sin cuya permanente actitud de diálogo y pacto, no serían entendibles los éxitos económicos y políticos de nuestro país en los últimos treinta años”. No escatimó loas a estos sindicatos, el Sr. Sevilla, con expresiones como “...el acuerdo social entre sindicatos y patronal es uno de los principales rasgos distintivos de nuestro país y un activo exportable”. Y se apoya en una frase “filosófica” de la cosecha particular del Sr. Méndez “..como dijo Cándido Méndez en su intervención, también es un método de hacer: ponerse en el lugar del otro e intentar entender sus razones".

Me gustaría saber en el lugar de quién o quienes, se pone el Sr. Méndez y/o resto de sindicalistas, para enriquecer su espíritu y buscar la concordia con gobiernos y patronal, hasta conseguir un envidiable “activo exportable”, que ha hundido al trabajador en un pozo de miseria e indefensión. Estos Sres., como sindicalistas no deben olvidar que su deber es dialogar y pactar las justas reivindicaciones del colectivo que representa. Defender los intereses de los trabajadores, frente a la patronal y a cualquier gobierno, cuyas decisiones los perjudique, muy por encima de cualquier confraternización o concordia con la organización empresarial o gobierno de turno. El derecho no es moneda de cambio por ningún entendimiento con el que los niega u obstruye.

No tengo ninguna duda de que el Sr. Méndez, y sus colegas, no se ponen en el lugar del trabajador. De hacerlo así seguramente las “razones” de la COE y de los gobiernos de la Nación, las vería bastante irracionales, generando las mismas distancias en el diálogo que existen entre los paupérrimo y míseros salarios, y las necesidades que deben cubrir, tan alejadas de su poder adquisitivo, como los sindicatos de sus deberes. Deberes que sin ninguna duda, llevaría a dilucidar dichos diálogos y pactos en una áspera lid sobre la “arena”, en lugar del dulce y laureado encamamiento de la “concordia”.


Como un surrealismo alucinante se comparten premios entre enemigos y supuestos defensores del trabajador a la vez que se homenajea al Sr. Abril como precursor de los primeros hurtos de los privilegios que el dictador garantizaba al trabajador –en su Plan Económico, incluye el trabajo como “renta personal” y obliga al trabajador a pagar ese impuesto del que, hasta entonces, estaba exento- y todo ello aderezado y “patroneado” por el partido del gobierno y que ostenta en sus siglas la “O” de obrero, elevándose, todos ellos, sobre los míseros mortales, en su nube de untes, sobreros y jaboncillos sostenida por un mágico PIB que enriquece a laureados y a laureadores.