sábado, mayo 09, 2009

El estado social incompatible con el estado de derecho.


Algunos de los "pobres" beneficiarios del estado social.




Un estado de derecho, dando riguroso amparo a la justicia social, nunca necesitará de las políticas sociales, por ser estas la consecuencia de su carencia. El estado de bienestar solo puede ser consolidado en la autosuficiencia del conjunto social proporcionada por las garantías del estado de derecho. Y en él nunca tendrá cabida ninguna ideología que obstruya la libertad de mercado, vendiendo los ‘valores’ de la pobreza sobre la que se asienta.

Cualquier ideología es un camelo para eludir la inviolabilidad del derecho. Ninguna ideología puede mejorar el ideal de convivencia en paz y justicia, sobre el respeto al derecho ajeno. Para implantar el estado social, es condición sinecuanum, generar las carencias que lo demande. Eso supone defenestrar el estado de justicia social, mediante el uso criminal del estado y de la ley, que de facto, aniquila el estado de derecho.

La política social como base del estado de bienestar, es discriminatoria, gravosa y perniciosa, que mina social y políticamente, mimetiza y justifica la corrupción política y la malversación del erario público, siendo siempre un lastre que acabará frenando o hundiendo cualquier economía, por boyante y fuerte que esta sea.

Es pues comprensible que los idealistas en general y los socialistas en particular, critiquen permanentemente y todos a coro, el rigor de la justicia, como fascismo o autoritarismo, permitiéndose vender sus violaciones al derecho bajo manidas consignas etiquetadas como sociales, y como bálsamos milagrosos para garantizar la vida a base de cargar al estado, las facturas del mercado de votos que los apoltrona.

Las políticas sociales destruyen el estado de derecho. Para mantenerse en el poder necesitan criminalizar el rigor de la justicia social, como elemento fundamental que lo nutre, y no dudan en hacerlo violando derechos mediante la ley, para vender sus humos entre hermosas notas de violines y ricos sabores y variedades de sus chucherías, como techo máximo al que podrán aspirar una vez cedidas las llaves de sus derechos.

No le deseo a ningún pueblo del mundo vivir bajo una dictadura. Pero mil veces peor que una dictadura, es ser domeñados por unas bandas o mafias de políticos profesionales, ocupando el estado y haciendo un uso espurio del mismo, con una humillante malversación de las instituciones, del erario público y de la legalidad Constitucional.



Un gobierno que se sirve de la ley para hacer una interpretación interesada de la historia según su interés político, además de insultar y burlarse de la inteligencia ajena y tener muy poco sentido del ridículo, demuestra y deja patente que su especial interés en destruir la memoria del franquismo, no tiene nada que ver con la dictadura propiamente.

Entiendo que la brutal campaña de ZP arremetiendo contra el franquismo, no van contra la dictadura sino contra su exclusión de ella. No tiene absolutamente nada contra las dictaduras. De hecho el Partido Socialista Obrero Español, apoyó el golpe militar contra el gobierno, perpetrado por Miguel Primo de Rivera, y fue arte y parte de la dictadura militar acaudillada por él. No sería coherente formar en una dictadura y repudiar otra que se establece solo unos años después. Esto indica que aunque el sistema o el régimen sea democrático o totalitario, no es hándicap o condicionante, siempre y cuando obtengan sus cuotas de poder y lucro.



Saben que en un estado de bienestar propiciado por la justicia social, no compran votos ni para conseguir un bedel del Congreso, que es lo que les ocurre a países tradicionalmente estables como EE.UU, Alemania, Inglaterra, Canadá, Japón y poco más, donde las izquierdas prácticamente no existen. Franco era un dictador, pero no solo era eso. Además era un excelente estadista, un fanático del orden y un enemigo frontal de los corruptos y vividores. Y es en estos donde su dictadura, ajena a las consideraciones democráticas, dio su mayor y más feroz dentellada. Y son estos los que nunca lo perdonarán, exigiéndole odio cerval, contra su memoria, a todo el mundo. Viendo y padeciendo lo que tenemos a día de hoy ocupando nuestro estado, no puedo compartir ni justificar los medios, pero si aplaudir el fin.

La manera que encontró Franco para blindar el estado contra corruptos y vividores fue el autoritarismo. Represión radical contra la delincuencia, y políticas basadas en la justicia social, como repelente de intrusos con sus ‘políticas sociales’. Esto mitiga el autoritarismo del régimen franquista, teniendo en cuenta que el capitalismo y las izquierdas siempre compartieron objetivos comunes y que por entonces el grueso de la población es clase trabajadora, por tanto clara beneficiaria. Franco no solo fue denostado por las izquierdas, sino también por gran parte del capitalismo. Más cuanto más nivel y poder económico, como pueden ver en el vídeo del ministro Arrese, en la parte superior derecha. ¿Contradictorio? Puede ser, pero lo cierto es que como demuestra este gráfico así fue, priorizando el crecimiento salarial, sobre el IPC, lo que supone menos beneficios a la inversión y por ende, al estado. Por entonces el ITE (Impuesto del Tráfico de Empresas, equivalente al IVA actual), era un 2%, creo.


http://html.rincondelvago.com/inflaccion-en-espana.html

Este gráfico muestra como nuestra clase trababjdora, fue abiertamente amparada por el régimen de Franco, contrastando con el humillante expolio, desamparo "democrático" progresivo. Aunque no se recoge, es ya sobradamente conocido el desprecio absoluto que recibe del régimen de ZP.

Aquí se muestra una de las múltiples formas de garantías al derecho laboral, y a la generación de las condiciones que permitían optar al bienestar, de la clase trabajadora, exclusivamente por sus medios, sin ninguna dependencia ni del estado, ni de ninguna política social. La clase obrera, en la época, congregaba al grueso de la población. Franco se deslinda de las izquierdas y del capitalismo, centrando sus políticas en el pleno empleo y en su dignificación desde su propio esfuerzo. Me cuento entre los que puedo afirmar que así fue. En la última década la demanda de mano de obra, alcanza cotas que permite frenar el boom de la emigración, invirtiendo ese flujo hacia el retorno y que la autosuficiencia de la población obrera, era plena, con un excelente nivel adquisitivo salarial, libre de todo tipo de impuesto, que nunca volverá a soñar, ni en España ni en lugar alguno del mundo.

Observen el comportamiento de la curva del crecimiento salarial, con respecto a la curva del crecimiento del Índice de Precios al Consumo (IPC). Observen la drástica bajada tras los Pactos de la Moncloa, en el 77, y vemos que el salario es igualado al IPC, además de ser incluido en el IRPF, con la aplicación de la reforma fiscal de Abril Martorell, bajando enormemente su poder adquisitivo, además de no beneficiarse por la caída de la inflación. Queda así el salario, anillado al rol de expolios mediante mordidas, impuestos directos e indirectos, tasas, multas, extorsiones y corrupciones que a partir de entonces protagonizaron la normalidad de las ‘libertades’ en el “Estado social sin Derecho”, que suplantó al “Estado de justicia social autoritario”, hasta que el ingreso en la CEE, se apuntilla, dando muerte definitiva al salario gravado con el IVA, como consumidor final neto. Esto lo hunde en la necesidad de la autorrenuncia a cualquier derecho suplantándolo por la humillante súplica de cualquier trabajo a cualquier precio y bajo cualquier condiciones, una vez liquidados los sindicatos y consolidado el desamparo total del estado.

Hay mucho que decir sobre el tema. Seguiré comentando.


Clandestino