jueves, noviembre 22, 2007

Impuestos democráticos en manos caudillistas

Me maravillan algunas reflexiones ‘socialistas’ absolutamente antisociales y totalmente alejadas de cualquier atisbo democrático.

Todos los países necesitan de los impuestos. Todos los estados necesitan los impuestos para mantener los servicios e infraestructuras además de su propio mantenimiento. Sean democráticos y modernos o trogloditas y tiranos. Lo que no necesita ninguna nación de ningún país, son listos y vividores colgados de la teta del estado poniendo a los contribuyentes a servir al estado y a sus ocupas, obligándoles a ejercer de recaudadores gratuitos y a pasar hambre de muchas cosas, justicia incluido, porque hay que garantizar el fasto, la corrupción y el despilfarro político, haciendo pagar impuestos a quienes hacerlo les supone privarse de artículos de primera necesidad como la vivienda, considerada patrimonio sujeto a impuestos, porque a los estados, no democráticos, les viene muy bien tener un instrumento de extorsión para doblegar la rebeldía de aquellos que pudieran decidir ejercer su derecho a legítima defensa, frente a la represión, expolios, abusos y delitos del estado. Pero la vivienda es un artículo de primera necesidad, intocable e inviolable. Las leyes las hacen los que ocupan los estados. Dependiendo de su nivel de hipocresía y criminalidad, esas leyes serán más o menos criminales. Solo las democracias tienen leyes ajustadas a derecho. En cualquier régimen político nunca jamás se puede dar ninguna causa ni razón que amenace la propiedad y derecho a uso de la vivienda. Cualquier régimen que lo haga siempre será un régimen criminal. Cualquier padre de familia que le sea sustraída, bien sea mediante procedimiento legal o forzado, dejando a sus hijos y resto de familia, en al calle, en los cajeros o a expensas de la caridad, tiene el deber a ejercer el derecho a legítima defensa. Cualquier comunidad ciudadana que lo consienta habrá descendido a su más rastrero nivel de degradación.

Sin derechos no hay deberes y viceversa. Cuando los ocupas del estado no hacen sus deberes, el ciudadano distrae los suyos para procurarse los servicios que le escamotea el estado. Nadie tiene el deber de pagar impuestos a un estado que no genera las condiciones para que sus necesidades mas elementales puedan ser cubiertas por sus medios, legalmente y manteniendo sus derechos y su dignidad, en una escrupulosa libertad de mercado sin injerencias ni intervensionismos y en el más riguroso control del cumplimiento y respeto a la legalidad democrática y a los derechos de todos los implicados. Desde los inversores a los asalariados. Un buen padre de familia primero atenderá las necesidades de su familia y si le sobra pagará impuestos y si no, clara y públicamente se inhibirá de ese deber hasta que su precariedad pase a mejor vida. Sin permiso del estado y sin tener que suplicar ni agradecer nada a nadie. Solo porque priorizar a su familia es su derecho natural más fundamental, muy por encima de cualquier deber con el estado o con otros posibles acreedores. Aunque los ocupas de los estados se suelen pasar por el forro esos y todos los demás derechos fundamentales y democráticos. Algunos, sin el menor sonrojo, presumen de serlo. Los más osados incluso alardean de ser mejores que Franco, pero lo ocultan y lo prohíben en el miedo a enfrentarse a él cara a cara y demostrar que son mejores y que sea el ciudadano el que dicte sentencia.

Es cierto que la movida del PP sobre la bajada de impuestos, tiene visos de ser electoralista, seguramente contagiado por el estilo bananero y populista de ‘Z’ y su PSOE, y de todas las demás organizaciones que aspiran a ocupar el Estado. Ya el PSOE ha dejado muy claro que la democracia y la ciudadanía que se la paga, se la repanfinflan, al PP le bastaría con ofertar democracia, con la obligada ‘limpia’ del Estado, con lo cual ahorraría el pago de impuestos a más de la mitad de los contribuyentes y podría reducir a la mitad los del resto, además de erradicar los expolios y expoliadores, y las mordidas de los caudillos, de las mafias y la corrupción, garantizando el Estado de Derecho. Con eso tendría ganadas las elecciones hasta el año tres mil. Pero eso es imposible. Nadie va a destruir el gran chollo de explotar a toda una nación, para optar a un simple trabajo de servir a esa nación. Además para eso habría que ser político de vocación y en España no existen los políticos ni las políticas. No existen organizaciones demócratas, ni demócratas en esas organizaciones. Simplemente hay oligarquías partitocráticas apoyándose en un nuevo y boyante feudal-fascismo vulgar, facilón y globalizado, que solo se sirven a sí mismas apoderándose del ‘solar’ patrio y explotándolo con el peor estilo cortijero, de forma zafia, corporativa, antisocial y antinacional, que les asegure la poltrona, su rentabilidad económica y su cohesión tribal. Se despilfarran importantes sumas del erario público, institucionalizando y subvencionando ‘floreros’, solo útiles al caudillo, y mediatizando instituciones –sindicatos, defensores del pueblo, ‘garantes’ constitucionales, Tribunal Constitucional, sistema judicial, legislativo, defensa del consumidor, Parlamentos, ONGs, cargos públicos, ayuntamientos, autonomías, etc., etc., etc.- Aparentan un decorado con aspecto y aromas democráticos, pero a partir de ahí todos, pueblo especialmente, son sometidos férreamente, al control o a la única voluntad del caudillo ‘democrático’ de turno. Millones de euros salidos de la pobreza y de la indignidad, desperdiciados en el pago de simulacros, omisiones y silencios que hunden al pueblo pagano en el desamparo y la indefensión quedando a expensas de la humillante villanía de los buitres, de sus socios, de sus afines, de sus allegados. Luego a ‘cambiar el mundo’ mientras se dedican a tomar el pelo a ese pueblo haciendo el paripé y emulando el ‘show’ de los de la lucha libre, para enfrentar a unos contra otros, mientras nos llenan de leyes de prohibir, de someter, de ‘calla y no te menees’, de pagar, de pagar, de pagar, de pagar y de pagar… a cambio de nada.

¿Conseguiremos ver en España una democracia alguna vez?

"Tengamos fe en que el derecho constituye la fuerza". Abraham Lincoln

Clandestino