domingo, diciembre 27, 2009

NAVIDADES LAICAS. NAVIDADES CRISTIANAS

No es una contradicción. El estado debe ser laico. El cristianismo es laico. El estado debe facilitar su práctica y actividades propias, tanto en público como en privado, pero el cristianismo nunca debe ser un poder del estado, aunque sus valores sí deben inspirar a sus gestores. El concepto laico no es político, sino cristiano, acuñado por el propio Jesús. Fue Él quien separó a su Iglesia del estado. Recuerden: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”.

Pero en nombre del laicismo cristiano, interpretado bajo la habitual torpeza e ignorancia de los enemigos de sus valores y virtudes, nuestras celebraciones cristianas en general y esta navideña en particular, son obstruidas o ignoradas por el estado, pasando de ser un acto feliz de regocijo y confirmación cristiana, a un gélido observatorio donde premeditadamente se omite o impide, todo atisbo que lo exalte, inspire o recuerde, paralelamente a dar facilidades al fanatismo criminal musulmán, de claro corte medieval, cruel y retorcido hasta morir y sobre todo matar, donde ni cabe ni se admite, el más mínimo signo de verdad, justicia, derecho o libertad que Cristo nos enseñó. Un Islam represivo que no envidia en nada al fascismo de Stalin o de Hitler, escuelas de personajillos como castro o zp, y que como hiciera Hitler, este a toda costa pretende colarlo como una religión, con el fin de ganar efectos de su cuerda ideológica, a la vez de generalizar dando un toque fanático y sanguinario con las que contaminar todas las prácticas religiosas en general. “Todas las religiones son fanáticas”, suelen decir sus voceros fanáticos, olvidando o ignorando que gracias a Cristo, no son degollados o desmembrados sobre cadalsos de las plazas públicas, solo por decir eso.

Nadie arranca un manzano porque descubra un par de manzanas agusanadas en alguna de sus ramas. Al estado criminal de zp, le importa un bledo las posibles implicaciones delictivas de algunos de los elementos de la Iglesia. Todos hemos podido observar como se deja querer por terroristas, corruptos, nazis, renegados, vividores, inútiles y todo desecho humano del ámbito público y asociado, entre algunos de la propia Iglesia, donde se promociona y obtiene sus principales bancos de votos. Las arremetidas contra la Iglesia, no van contra la Iglesia y mucho menos contra sus errores o carencias, de las que pasa olímpicamente, sino contra el cristianismo que esta representa y apodera. En su absoluto odio contra los valores del cristianismo, incurren permanentemente en las flagrantes violaciones al derecho constitucional, incluidos los tres apartados del art. 16, y al derecho fundamental incluido el art. 18, de La Declaración Universal de DD.HH de las NN.UU, ratificada por España.

Saben que la inculcación del estado de derecho, de la justicia, de las libertades y de la igualdad ante la ley, que arma y eleva a la Civilización Occidental, articulando las Constituciones democráticas del mundo, tienen su origen en las doctrinas de Cristo. Saben que el cristianismo ha evolucionado a sus seguidores, mientras sus detractores se han hundido en el estancamiento primitivo cavernario como los prehistóricos del proletariado y los del Islam, hermanados en el odio sanguinario del totalitarismo involucionista, aspirante a eterno dueño de las haciendas y de las vidas ajenas. Saben que destruyendo el cristianismo, volverán abonar el terreno para erigirse en señores de la vida mediante el uso de la muerte, extendiendo su mal sobre la faz de la tierra.

Así son numerosos los delitos contra la legalidad constitucional, el estado de derecho y la nación, con los que la organización corrupta, primitiva y totalitaria de zp, entre una multitud que empieza a poblar el planeta, son violados numerosos derechos y acomete la persecución o exclusión, mediante políticas nazis selectivas, entre las que cabe resaltar el acoso y odio cerval contra la Iglesia Católica, con la única justificación de la laicidad del estado. Justificación solo sostenible por la ignorancia, algo que de todos es sabido, en zp brilla por su abundancia. Pero la ignorancia de zp, además de ser un grave mal en sí misma, es un instrumento muy peligroso cuando se ejerce con poderes de estado. El continuo destrozo y violación de derechos, recursos y bienes patrimoniales, culturales, sociales, democráticos, jurídicos y políticos, son constantemente parcheados con leyes necesariamente criminales, que forzosamente aniquilan la justicia. Ahí estamos. Sometidos a un estado criminal, despojado de toda independencia y posible forma de instrumentación de la justicia, y por ende de toda garantía al derecho.

La clara persecución a la Iglesia, es evidente que nada tiene que ver con su condición institucional y ni siquiera religiosa, sino pastoral como responsable primera de la difusión y promulgación de las doctrinas cristianas que inculcan la verdad para la libertad, la justicia, el espíritu solidario y multitud de valores éticos y morales basados en las virtudes y la responsabilidad, terriblemente temida por los hedonistas nihilistas vividores del relativismo fascista. Esta casta de saqueadores legales, saben perfectamente que el cristianismo además de una teología dogmática es perfectamente aplicable social y políticamente como teología moral, asumible como filosofía social y política, para la paz y la convivencia, incluso por ateos y agnósticos. Saben que esta teología tanto en su componente dogmática como moral, los excluye de la evolución de la vida culta y cívica, donde cada cual es responsable de sus actos ante sus conciudadanos y de su autosuficiencia ante sí mismo.



Clandestino