miércoles, noviembre 18, 2009

EL TRÁGICO DESAMPARO DEMOCRÁTICO DANDO IMPUNIDAD AL CRIMEN DE ESTADO




Hablan y hablan de democracia y del ‘imperio de la ley’, pero violan impunemente el estado de derecho. ¿Qué clase de democracia y de ley, lejos de defender o garantizar el derecho, lo violan?

La democracia es un control dentro de un sistema de libertades, que protege al estado de derecho. La democracia es un elemento puramente de control. Vigila que se den las garantías del estado de derecho. Democracia no es un régimen ni una forma política de gobierno, sino el mecanismo de seguridad que garantiza a la nación una forma determinada de regirse, en libertad, derecho y justicia como nutrientes fundamentales de su estado de derecho.

Pero realmente los mecanismos democráticos establecidos en la Constitución, basados en la división de poderes y responsables institucionales, NO SE ARTICULAN, indolentes y contemplativas ante las constantes y despiadadas violaciones al derecho, un descarado uso espurio del estado y de la ley, que lleva a la quiebra automática del estado de derecho.

Así se invierten las funciones de manera que es la nación la que sirve al estado y este a la oligarquía endogámica que lo posee y que se sirve de él solo para así misma. En este punto se usa la ley para violar el derecho desinstrumentando a la justicia y convirtiéndola en útil de represión. Cuando la ley viola el derecho, impidiendo la justicia, es porque previamente la democracia como su gran valedora, ha sido reducida a un vulgar decorado de cartón, inútil y vacío de cualquier contenido válido para lo que fue articulado. Decorado rigurosamente cuidado y mantenido a bombo y platillo en claras maniobras de distracción, para encubrir la gusanera que se cocina en sus vacías e insensibles entrañas.


Resulta dramático y patético, ver a agentes de las FSE recibiendo órdenes para colaborar con asesinos terroristas, mientras nuestro supuesto gobierno se arrastraba suplicante mientras era insultado y despreciado. Al cuerpo diplomático encamado con estados dictadores y asesinos, o negociando y financiando a piratas internacionales. O a jueces obligados a impartir justicia para garantizar el derecho, aplicando leyes contra esos derechos. O lo que es lo mismo obligados a prevaricar aplicando leyes contra la justicia para impartir justicia sabiendo lo que son, sometiendo su independencia bajo el CGPJ, como Órgano político de Gobierno. Ese mismo que ‘asesinó’ a Montesquieu, por orden de Alfonso Guerra, sin que nadie se articulara contra la desaparición del único vestigio de esperanza democrática para estrenar estado de derecho en nuestra historia, rigiéndonos en su lugar, desde el tremendo vacío que provocó la destrucción brutal de todas y cada una de las numerosas garantías al derecho y a las libertades civiles, que nos legara la dictadura de Franco. Hueco que se ocupó con la chapuza, el resentimiento, la prepotencia y el crimen de estado, hasta nuestros días.


Esta involución social neofeudal es consecuencia de la evolución inmoral del relativismo, que no afecta solamente a España, sino a casi todas las naciones del mundo, cuyos estados han sido invadidos por un nacionalsocialismo solapado inmoral y sin escrúpulos, que tras desarticularlas y etiquetarlas para su clasificación y calificación por categorías, ideologías, creencias, corruptos y afectos de diferentes precios y pelajes, asegurar así su descohesión, quedando expuestas, vulnerables y despojadas de todas sus garantías y amparo, sin posibilidad de interacción ni representación política, obligadas a mantener a las castas mafiosas en el lujo de la abundancia desmedida, por imposición del ‘imperio de SU ley’, asegurándose de que no haya ni un solo responsable suficientemente limpio como para lanzar la primera piedra, asegurando así el escudo a su impunidad. Nadie moverá un solo mecanismo democrático, sin morir en el intento. Nadie permitirá que otros lo hagan. El estado de Honduras ha autoarticulado sus mecanismos democráticos de forma legítima, legal e impecable, en riguroso procedimiento jurídico y constitucional, encontrándose con la reacción contradictoria, de todas las “democracias”, del mundo que juntas y por separado, se lanzaron a su yugular como alimañas sedientas de su sangre, calificando su magistral lección democrática, como golpe de estado.

Antiguamente los estados solían perseguir el crimen, protegiendo a los ciudadanos de sus tarascadas. Ahora los estados se han cubanizado cobijando castas de poder y lucro, abandonando a los ciudadanos a su suerte como ghetos gigantescos, a merced tanto del crimen callejero como del de estado, quedando totalmente a su merced, al estar tan divididos, enfrentados y acosados, que no pueden articularse para ejercer el derecho a legítima defensa, ni como naciones ni como federaciones internacionales, por tener ese mismo crimen organizado, el control de todos los órganos internacionales, como hemos podido observar recientemente con el ya mencionado, caso de Honduras.

La red como última esperanza para la coordinación mundial de una hipotética defensa global de la multitud de ciudadanías libres en avanzado proceso de acoso y sometimiento, poco a poco y tras caer la privacidad de las comunicaciones y desplazamientos, está cayendo en sus manos ejerciendo su total control, mediante la estimable colaboración del mimado, generosamente untado y autodenominado, mundo “cultural”. El socialismo de Hitler vive. Vuelven los amos. Volveremos a ser esclavos.

El estado español, propiedad de la banda psoeZP, para saber todo lo que escribo, lo que hablo, a quien se lo escribo, cuando y donde, y con quienes hablo y donde estamos cada uno, así como lo que compro o lo que vendo, o los lugares que visito o frecuento, solo necesita querer hacerlo. Me temo que esa misma tecnología para esa misma actividad criminal, puede estar en manos de todos los estados del mundo.



El periodista brasileño, Luis Carlos Prates, parece que tampoco tiene muy buena opinión del gobierno socialista, de su país.





Clandestino