sábado, diciembre 06, 2008

La mayoría criminal se impone en las urnas y certifica el fracaso democrático.



O se cambia el modelo de convivencia, aumentando la represión ciudadana contra el hampa criminal que ocupa algunos estados, o nos preparamos para sobrevivir en la jerarquía tribal, sin más ley que la de la fuerza, como siempre fue en muchos países y como se vuelve a reasentar en no pocos estados democráticos, a manos de gobiernos tiranos, criminales y traidores, como consecuencia de sumar más votos que los ciudadanos leales al derecho y a la justicia.

Mientras la delincuencia y la criminalidad fuera perseguida y discriminada social e institucionalmente, las democracias se nutrían de personas más o menos aptas o inteligentes, pero siempre bajo las garantías de la justicia que, salvo excepciones puntuales, garantizaban el derecho y permitían la convivencia nacional y las buenas relaciones internacionales, consolidando cada vez más el bloque Occidental que llegara a hegemonizar el progreso y abanderar la férrea defensa de los DD.HH.



Inexplicablemente y en solo unas décadas, terroristas, nazis, criminales, corruptos, ignorantes, vividores, embusteros, estafadores, fanáticos, maltratadores, pelotas, rastreros, automarginados en general, son formados sobre sus propios y únicos principios hedonistas y nihilistas, y propagados hasta sumar más votos que la decencia culta, cívica, productiva y responsable, formada a base de principios y valores sustentados en la moral cristiana como revitalizante de la superioridad moral de la civilización occidental, ostentada como ejemplo a seguir por todos los disidentes del mundo más deprimido y oprimido.

Una vez identificados, aunados y organizados, ocupan los estados, con sus propios votos. A partir de ahí tienen fácil atacar y eliminar los elementos fundamentales que obstruyen sus actividades inmorales y antioccidentales o anticristianas, mediante el empleo de la ley para legalizar sus delitos, privilegiando y discriminando, violando derechos fundamentales y atacando o impidiendo la justicia y todo referente ético y moral que pueda servir para evidenciar su abyecta trayectoria criminal, que les permite frenar el progreso invirtiendo el sentido del tiempo hasta retrotraer a las sociedades hacia el primitivismo original, donde la cultura y la racionalidad son fácilmente suplantados por el fanatismo tribal, dividiéndola en un feroz enfrentamiento visceral según intereses solapados mediante derechos inventados y legitimados con sus leyes criminales opuestas a toda posibilidad de administrar justicia alguna.

El viejo afán de superación remedando a los más inteligentes, a los más humanos y a los más eficientes, se torna en amargo odio y resentimiento contra una gente que se limita a actuar con total naturalidad según sus cualidades y virtudes. Gente que de la noche a la mañana se ve discriminada, incriminada, expoliada y acosada por sus propias instituciones de sus propios estados y por grandes lobbies ventajistas en el privilegio de la canonjía o de la ley contra derecho. De energúmenos crispados por los voceros a sueldo de la ignorancia maliciosa de los embusteros y timadores que ocupan esos estados. Por unas turbas exaltadas y legitimadas con el uso arbitrario de la ley y el sometimiento del sistema judicial, con el apoyo de diferentes instituciones, todos ellos autodenominados ‘izquierdas progresistas’, criminalizando a sus víctimas, reduciéndolas a categoría de ‘fascistas’.



Una vez ocupado el estado por las catervas criminales, todo movimiento del estado, está dirigido al beneficio espurio de sus afines con leyes de robar y de impedir el desarrollo que les permita la vida a todo el que no se someta a su tiranía inmunda, franquiciando a capos corruptos regionales y locales. O se unen a ellos o serán sometidos por ellos. El cobarde y miserable silencio de todas y cada una de las instituciones y organizaciones sociales y políticas, con el deber de ejercer la oposición y garantizar derechos hasta las últimas consecuencias, es aterrador, aplastando cualquier esperanza. Dejan a millones de ciudadanos leales a sus principios, en la única posibilidad de vivir del delito o del fruto de su indignidad, en la encrucijada del vaciado moral o de ser el cordero para el sacrificio. Solo queda la posibilidad de sucumbir como pasto que nutre a la delincuencia, o aplastados como delincuentes por la ley para la injusticia del estado de derecho, reconvertido en criminal.

En esta España sin gobierno y sin justicia, no funciona nada. Todo es un parcheo urgente y a conveniencia de sus ocupas embusteros, amorales relativistas y totalitarios. Todo vale contra la honradez y contra un Franco totalmente inofensivo, pasados treinta años de cadáver, parapetando su palurda e indolente ignominia tras su vilipendiada y sobreexplotada memoria. Las TVs públicas son utilizadas de gacetilla ‘Goebbelsiana’ por aprendices con genética nazi, metiendo títulos o imágenes subliminales o vomitivos que justifiquen sus mentiras y manipulaciones de bobos para engañabobos, incriminando a una oposición totalmente inútil para inquietar al régimen totalitario y tercer mundista que nos somete. En su última manifestación de clamorosa discapacidad intelectual y absoluta carencia moral, muy propia de la caterva ocupa, acusan a Franco de “Robar” y “secuestrar” niños de madres encarceladas y niños españoles en el extranjero, o de imitar al socialismo nazi de Hitler. La idiocia de estos individuos es ilimitada, solo comprensible en mentalidades tan mezquinas y ruines que les hacen capaces de destruir una nación por un puñado de garbanzos.

La guinda consiste en la mofa general sobre la nación decente, que aunque en minoría, pasan de once millones de votos, recondecorando a un tipo, ya investido ‘Doctor Honoris Causa’, por la Universidad Complutense de Madrid, y ahora con la medalla al trabajo. Un tipo que no se le conoce que nunca se ganara el sustento mediante su esfuerzo personal. Un tipo del que se sospecha, y nadie lo quiere investigar, que mandó fusilar, u omitió la responsabilidad de impedirlo, de más de seis mil prisioneros, porque necesitaban el transporte para robar el oro del Banco de España, del que nunca jamás se volvió a saber. Un tipo, que en plena guerra, escribe una carta a su padre, también comunista, repudiándolo por querer negociar la paz. La misma paz que ahora tanto aplaude al traidor para que la negocie con los asesinos nacionalistas, que debió rematar cuando se pudo, en lugar de legitimar, amparar y permitir su rearme y reorganización. Un tipo llamado Santiago Carrillo.



Mientras restriega y se nutre de la memoria de Franco y restriega y distrae con Carrillo, y con el cadáver aún caliente del Sr Uría, última víctima del horror nazi nacionalista, el traidor se decanta por continuar manteniendo a individuos de la banda asesina en las instituciones del estado, hasta pasadas las elecciones vascas
.



España se extingue y muere asesinada vilmente, dentro de una Europa suicida que se pudre en la total indigencia moral. Igualmente en Iberoamérica esta enfermedad se extiende como la pólvora. Rusia suministra armamento y tecnología nuclear a todo lo que se mueva contra Occidente. EE.UU sale de “Guatemala”, y la impresión es que se dirige hacia el abismo del “Guatepeor”.

Tal vez alguna vez nos atrevamos a impedir que los criminales ocupen los estados, en cualquier lugar del mundo. Tal vez decidamos organizarnos algún día y volverlos a perseguir, encerrar y discriminar, como antaño, liberando y dando una nueva oportunidad a la racionalidad, a la justicia y a la decencia. Antes o después será inevitable hacer uso del derecho a legítima defensa. Los sueños aunque utópicos hoy, pueden ser planes ejecutables un mañana.

Tal vez un día decidamos destrir la moneda como medio de acumular recursos ajenos, y se acabe el crimen y los criminales, cuando solo se pueda poseer lo que se produce mediante el propio esfuerzo. Tal vez.


Clandestino

Actualizado 07-12-08