viernes, febrero 22, 2008

Entrevista a Ramón Tamames, en ‘Periodista Digital’


Pactos de La Moncloa

La vida es un suspiro, pero un largo y tortuoso suspiro. Ha presentado D. Ramón su libro ‘Ni Mussolini ni Franco: Primo de Rivera’. ¡Cuánto ha llovido desde aquella leal militancia en el PC de Santiago Carrillo! Cuando mentar a Franco era como mentar a ‘la bicha’. Vivir tantos años en y de esas convicciones para acabar renegando del socialismo de Z y reconociendo algún mérito no solo al dictador Franco, sino también a Miguel Primo de Rivera, dictador aliado al PSOE. ¡Quien nos lo iba a decir! Quien nos iba a decir que vendría alguien a hacerle bueno a la dictadura, el refrán de :"Otros vendrán que bueno te harán". Y sí, vinieron. Y aquí están para gloria de nadie y desgracia de todos. Aquí, en plena "democracia". Los mismos que comparten ideología, afinidades, métodos y procemidimientos, con personajes tan 'insignes' como Hitler, stalin, Mao, Pol Pot -todos ellos protagonistas de grandes matanzas de ciudadanos que muy probablemente fueron acusados de 'derecha extrama'- y hasta alguna dictadura bicéfala como la compartida con D. Miguel Primo de Rivera, como dictador asociado y que 'la memoria histórica' de la época, le cargó la dictadura a Él solito.



Legalización del PCE. Ramón Tamames con la bandera del partido

Siempre se distinguió D. Ramón por su sensatez y discurso culto, lúcido y distendido, alejado de l a abundancia del fanatismo de los inútiles. No eran pocos los que se preguntaban ¿¡Qué pinta este señor en ese partido!? Finalmente, un día, sale discretamente haciendo mutis por el foro. No tengo duda de que su querencia por la izquierda solo estaba fundamentada en la buena fe de creer que en ella estaba la esperanza de un pueblo que salía de cuarenta años de dictadura. No fue él solo. También Rafael Alberti cometió ese error, aunque este rectificó de inmediato renegando y dimitiendo, como diputado en Las Cortes por Cádiz, en la segunda sesión democrática del congreso. También Carrillo llegó a protestar por el rumbo que la democracia marcó claramente hacia la consolidación de las vividurías del estado a costa de estafar y expoliar a la nación, 'siendo perjudiada la clase trabajadora, hasta vivir mucho peor que con la dictadura', según sus propias palabras. Pero ‘descansó’ hasta que se le pasó y chupó poltrona hasta hoy, mostrándose, finalmente, como un ferviente amante de ella y del mayor garante poltronero de todos los tiempos, en España y me atrevo a asegurar que en Europa. Nunca más se volvió a mostrar afectado ni se dignó recordar las grandes dificultades que empezaban a acuciar a la clase trabajadora, ni dentro ni fuera del Emiciclo.


Ramón Tamames, Armando López, Ignacio Gallego y Eugenio Triana, brindan por la legalización del PCE

Bienvenido a la realidad D. Ramón. Vivió Vd. gran parte de su vida como militante comunista, para acabar aterrizando en la realidad, aunque lo siga siendo. Ahora tendrá que asumir el duro trago de asumir que la realidad en España, no tiene solar sobre el que asentarse. O se suma a la gran coalición poltronera autodenominada como izquierda (izquierda-izquierda unos, aberchales otros, y republicana los de más allá. Algunos, los más osados, aún se atreven a ser izquierdas comunistas. Pero todos tienen en común su amor al € y al coche oficial. No falta quién tapa las goteras de su ‘pisito oficial’, con fajos o fardos de 250.000.- €) o tendrá que aprender a sobrevivir acosado y perseguido, incluso zarandeado, por las hordas de las diferentes caleborrocas de las diferentes izquierdas que le llamarán fascista y franquista, humectándole la cara cuando los espumarajos que les dirijan al alma, se estallen en su rostro. Ahora sí que ha mentado a la 'bicha' y además ha osado criticarla. No tardará en ser señalado por el gran capo de la alianza de las distintas ‘familias’ que regentan o acaudillan distintas vividurías. De todas esas organizaciones o bandas, organizadas para el expolio facilitado por la represión contra la ciudadanía pagana y no vividora, y las revueltas programadas por sus agitadores nazis del nuevo orden nacional-socialista. De toda esa morralla de la que Franco nos protegió, a duras penas, condenándolos a más de cuarenta años de honradez forzosa. Ahora la evidencia rompe caretas y descubre la fealdad de nuestro grave error bajo la luz que lo alumbra, aunque ya se sospecha desde hace algunos años. Error que desde hoy mismo, Vd. Empezará a pagar su parte.

Durante muchos años se ha mantenido alejado del avispero de la política. Ahora vuelve a él desde fuera de ella. Como ciudadano 'mortal' desamparado e indefenso entre muchos millones de víctimas, en su previsible situación. Bienvenido a la cruda realidad, D. Ramón. Aquí estamos para lo que guste compartir, bueno o malo.




Clandestino

jueves, febrero 21, 2008

Mil veces peor la traición que la peste

Roma no pagó a los traidores. España, sí.
Viriato fué traicionado y asesinado por sus
lugartenientes Audas, Ditalkon y Minuros


El nacimiento de cualquier ser humano le confiere todos sus deberes, derechos y libertades fundamentales, imprescindibles e inalienables, para garantizar su dignidad, desde el desarrollo de su autosuficiencia para sobrevivir y convivir en igualdad en derechos, en deberes, ante la ley y de oportunidades, que el resto de sus conciudadanos. Nadie, absolutamente nadie, puede dar, quitar, aumentar o disminuir ninguno de esos deberes, derechos o libertades, a ningún ciudadano o colectivo, sin incurrir en delito criminal, de agredir o restar derechos a unos para ampliarlos a otros. Debiendo, por el contrario, ser regulados todos y cada uno de esos derechos de forma que nunca nadie pueda invadir los derechos ajenos.

Cuando un gobierno, que rige a una nación, constituida democráticamente, “amplía derechos”, a determinados colectivos, y se ufana de ello, no queda más remedio que aceptar que el estado está en manos de fueras de la ley, toda vez que eso solo es posible desde la promulgación de leyes que sustraen derechos discriminando a unos para ampliarlos privilegiando a otros. Cualquier ley que agreda, obstruya, reduzca o impida cualquier derecho, es una ley contra derechos inalienables, tanto por su carácter natural como constitucional. Toda ley que intercepte o contravenga la legalidad constitucional, es una ley criminal, por ir contra derechos fundamentales. Toda ley criminal tiene su origen en intereses espurios contra derechos sobre colectivos en particular y contra el derecho y las libertades en general, que desembocan en claras diferencias que rompen el principio mas fundamental e inalienable de toda democracia que se precie: El principio de igualdad.

Cuando se acepta el delito criminal como normalidad en las formas de hacer política, por todos los órganos con responsabilidad de vigilar la legalidad democrática y de la salvaguarda de la unidad nacional y seguridad ciudadana, no queda más remedio que aceptar que el estado es criminal, en manos de corruptos, fueras de la ley, omisos y criminales.

Cuando un gobierno es criminal, el estado también lo es, al imponer sus desmanes a través de los órganos e instituciones que lo conforma. Cuando una ciudadanía es sometida por un gobierno criminal que hace un uso bastardo de su estado y los órganos constituidos como garantes de sus derechos se inhiben de sus responsabilidades, ante el evidente y manifiesto abuso de la delincuencia del estado, esta tiene el derecho y el deber de disidir contra el estado y contra la autoridad criminal, que lo mangonea para sus propios intereses, de forma continuada, asimétrica y arbitraria, justificando el ejercicio del derecho a legítima defensa de la ciudadanía, articulada y organizada en insurgencia hasta conseguir la absoluta garantía de sus derechos y libertades y el total sometimiento de los gobiernos, a la legalidad constitucional manada de la soberanía popular, como único y legítimo poder, que somete a todos los demás, empleando todos los medios a su alcance, violencia incluida. Ningún pueblo debe permitir la vejación a manos de un puñado de mafiosos criminales ocupando su propio estado y utilizándolo contra ellos mismos, amparándose en un puñado de leyes políticas que le desposean de sus derechos y de su dignidad.



En democracia ningún gobierno, por mucha mayoría absoluta que ostente, puede inhibirse del cumplimiento de su deber de servicio a la nación y mucho menos de incumplir o permitir el incumplimiento de la legalidad constitucional. Pero sobre todo ni siquiera puede ni intentar agredir, enfrentar o dividir a la nación promulgando leyes criminales para este fin, amparándose en una “ampliación de derechos” tan imposible, como ilegítima, como delictiva. De darse el caso la ciudadanía tiene la obligación prioritaria de organizarse para recuperar su estado liberándolo de la ocupación criminal.

El poder es del ciudadano, no de su ‘personal de servicio’ elegido para que le garantice sus demandas. Si ese personal de servicio renuncia al cumplimiento de sus deberes, se le expulsa y se sustituye. Y si se resiste se le echa por la fuerza y se le pone a disposición judicial, con los cargos que correspondan.

El estado es del ciudadano. El poder es del ciudadano. La ley es constituida y aprobada por el ciudadano. El político acata, obedece y llega justo hasta donde el ciudadano le exige que llegue. Punto.

Cualquier gobierno criminal, mentiroso, sectario y renegado, es un gobierno despreciable y como tal, y solo como tal, debe ser tratado y arrojado de todas las estancias democráticas del la nación, a la que estafa, humilla y traiciona.








martes, febrero 19, 2008

Ayer Dolores Nadal en la Pompeu Fabra. Hoy Rosa Díez en la Complutense. Y van...





El radicalismo nacionalista crece como los hongos posicionándose definitivamente como poder autoritario imponiéndose con su violencia brutal y su sinrazón por donde les parece, sin limitación legal ni policial, en la total carencia de ética, moral o respeto al derecho y libertad ajenos. Definitivamente se empieza a ver la labor de demolición con la que tan miserablemente han socavado y minado la unidad nacional, los enemigos de España, liderados por Z, su partido y asociados, sin que nadie los haya frenado, mientras que en total impunidad y en clara renuncia a sus deberes de estado, han colaborado facilitando la toma de Cataluña y Vascongadas, estando avanzado el proceso de ruptura en Galicia, como proyecto principal del colaboracionista y traidor partido del Z y sus múltiples beneficiarios, de los medios y otros poderes. En estas posesiones nazis las mayorías democráticas son acosadas, amenazadas, agredidas y asfixiadas con el empleo impune de la violencia física y verbal.

¿Donde está el amparo del estado? ¿Donde esta la igualdad y el derecho constitucional? ¿Donde están los garantes constitucionales?

¿Por qué el Jefe del Estado y las FF.AA no cumplen con sus deberes constitucionales?









Los nazis, tradicionalmente agitados por los nacionalistas, ahora además se saben consentidos y arropados por el partido del gobierno de España, con su presidente, a la cabeza, que han perdido todo respeto a la legalidad, ante el conocimiento público de la renuncia del Gobierno a aplicársela, y al hecho de quedar reducido el estado a un mero indecoro simbólico, liberado de sus competencias, por sus traidores los ocupas de su propio Gobierno, que exaltan a las turbas arengándolos con crispada mensajería ruin y rasgados de vestidos, contra sus víctimas, la oposición o la Iglesia. Así toman los radicales las riendas en unos territorios donde destaca la ausencia del estado y de sus leyes democráticas, ni nadie que las imponga, con unas ciudadanías totalmente abandonadas a su suerte, convirtiendo esos territorios nacionales en tierra de nadie, donde son frecuentes prácticas calcadas de la Alemania nazi de Hitler, sobrepasando el Chicago hampón de Capone, donde sus víctimas de la nación decente y democrática, son las piezas marcadas para el sacrificio. Donde sus víctimas son desamparadas y repudiadas en el abandono y la total indefensión, desde su propio estado.



El crimen domina y suplanta al estado, desde dentro y desde fuera de él, contra la gran mayoría de la nación, rebasando y despreciando su legalidad, allí donde este ha sido desarmado contra el delito de agresión a la legalidad constitucional. Los responsables de la ley y del orden constitucional se unen, utilizan o consienten a las organizaciones nazis, dispensándoles acomodo y medios institucionales, u omitiendo sus responsabilidades con dicha legalidad. La nación se duele, sufre y lloriquea, pero no se defiende, mientras permite que sus verdugos sigan en libertad, sigan ocupando sus instituciones, mangoneándolas y trampeando de forma ostentosa y actitud hampona, para prorrogar por tiempo indefinido, sus destinos abocados a un fin inevitablemente dramático.











No son pocos los lugares de España donde la violencia verbal recorre el camino desde el mitin del Presidente del Gobierno, hasta las hordas callejeras de nacionalistas, que reconvirtiéndolas en violencia física las aplican contra sus enemigos previamente señalados por el Presidente o por sus cómplices. Saben que sin el miedo y la violencia deben perder estas votaciones. Saben que sin esa agresividad y sus leyes contra derecho, no son nada. No representan nada ni a nadie, solo compran, mienten, privilegian, intrigan, traicionan o consiguen como sea.

Así empezaron los que finalmente sacrificaron a seis millones de inocentes, en los campos de concentración, sin que ni uno solo levantara un dedo para defender su vida.

¿Cuanto nos falta para correr esa suerte, a la espera de que sean otros de otras naciones, los que vengan a sacrificar sus vidas para salvar las nuestras?

Clandestino

Actualizado