viernes, septiembre 15, 2006

Legislar contra la justicia para gobernar a la torera

Ninguna ley que no se pueda cumplir o no se ajuste a derecho, es legítima. La aprobación y aplicación de cualquier ley imposible de cumplir o que no se ajuste a derecho, es TIRANÍA.

Es fácil, cobarde, insolidario y rentable generar deficiencias y legislar a favor de ellas, que garantizar servicios y cubrir necesidades de sus contratistas: nosotros los ciudadanos. Que para eso les pagamos.

Se preocupan muy bien de mantener una serie de insuficiencias de servicios que justifiqquen los rentables ingresos y les provea de un canal para someter robando, a la vez que mantiene vivo y permanente el enfrentamiento entre usuarios de esa premeditada escasez de dichos servicios.

Este es el mayor logro de los ocupas de la política española de las últimas décadas. Una enorme montaña de leyes y normas infumables, enterrando todo lo que huela a derechos, ciudadanos, montando un rentable tinglado armado por la tiranía construida en las divisiones, huntes, subvenciones, etc., etc., que facilitan el efecto boomerang de nuestro propio poder que pasa de ser gestionado, a nuestro favor y bajo nuestro control, a ser utilizado como martillo pilón contra nuestros derechos más fundamentales.

Hay leyes que se interponen entre el ciudadano y la justicia. Hay leyes para esquilmar. Hay leyes para recortar derechos. Hay leyes para recortar libertades. Hay leyes para obstruir la supervivencia mediante el trabajo. Hay leyes para inmunizar a los ocupas, a sus legisladores y a sus patrocinadores y promotores. Hay leyes que no se controla su aplicación porque son imposible de cumplir. Hay leyes especiales para extorsionar a “determinados” ciudadanos que tienen la fea costumbre de exigir sus derechos y no reconocer el tradicional “si wuana”. A esos que tachan de rebeldes por no haber aprendido a arrastrarse tras la escoria del amo.

En cuanto adquieras tu primera propiedad, serás un esclavo sometido, extorsionado, esquilmado, vejado y humillado…o un maldito “rebelde” robado, perseguido y acosado.

O sometido o mendigo. Únicas alternativas que ofrece nuestro estado autocrático u oligárquico, bananeramente disfrazado de “derecho”.

Cualquier otra decisión que tome un ciudadano, que impulse una tercera opción, de la índole que ésta sea, en su legítima defensa y por la legalidad democrática, será ilegal y perseguida con saña por los esbirros de los ocupas. Desde los armados hasta los desinformadores de su propiedad.

Legislar contra la justicia para gobernar a la torera.

Ciudadano hacia ocupas: unidad de ingreso. Ocupa hacia ciudadano: señor feudal-fascista con derecho sobre todos nuestros derechos.

He ahí nuestra lamentable realidad, seguramente merecida dada nuestra pasiva sumisión ante el escarnio a nuestra dignidad y descarado arrebato de nuestras mas inalienables propiedades, heredadas desde el acceso a la vida, rendidos frente a la ocupación de nuestro Estado por una gentuza tan baja, tan miserable y de tan poco valor.