jueves, noviembre 08, 2012

El crimen organizado se une para dividirnos.

"Ser de izquierdas es, como ser de derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la hemiplejía moral." J.Ortega y Gasset


A todos nos iría mejor si en lugar de enfrentarnos en izquierdas y derechas, nos unimos en causa común desde el ejercicio democrático para controlar a los que nos roban al amparo de ese nuestro enfrentamiento y desunión, que ellos promueven mediante fragmentación social de la mano de corrupciones, omisiones y violaciones legales y constitucionales que llevan a exclusión, discriminación, privilegios o expolios y asesinatos inducidos mediante suicidio, a grandes masas de ciudadanos despojados de dignidad y medios básicos y fundamentales para la supervivencia.


Que cada cual piense en la ideología que quiera, y hable el idioma q quiera. Pero la mano q entra en nuestras bolsas y la que nos roba servicios, bienestar, libertades y derechos, no hace distinciones. Y su impunidad reside en nuestra debilidad. Y nuestra debilidad se sustenta en la división por diferencias, en lugar de hacernos fuertes en la unión de nuestra vindicación común.


 El día 6-D hay una concentración en Pza. de Colón de Madrid, convocada por las antiguas víctimas de ETA, y que ahora lo son del estado. Igual que lo soy yo. Igual que lo somos todos. Todos los que nos consideramos víctimas de un estado claramente marginado del ordenamiento constitucional y claramente constituido en crimen organizado, debemos aprovechar cualquier concentración de protesta para hacerla nuestra. Juntos. Cuantos más mejor. Sin importar origen, creencia, ideología o raza. Solo ciudadanos unidos en causa común contra enemigos comunes, que agreden y violan derechos y libertades necesariamente comunes.


Unidad nacional es democracia. "Demos Kratos". La unidad en causa común, es el debido ejercicio democrático para el debido control sobre nuestra servidumbre. Hasta entonces solo seremos machitos presumiendo de ideologías y debilitando al prójimo hasta reducirnos todos a simples espaldas en las que los esbirros que pagamos como policías, para nuestras garantías, midan sus porras descargando con saña sus propios miedos.


Cada cual sea libre de pensar como quiera, pero sin unidad ante el enemigo común, ninguno seremos más que esclavos, a merced regalada de la mano de nuestra obsesiva y pertinaz estupidez.