Entre otras razones -profesionales, comerciales, informativas, promocionales, etc.- para muchas personas escribir en un blog es compartir ideas y opiniones con otras personas, cuantas más mejor, creando debates que puedan ayudarnos a todos a entender y entendernos mejor, conociéndonos mejor. Es pedir y ofrecer ayuda. Romper esa molesta barrera de perjuicios que nos impide hacerlo cara a cara en el avión, el restaurante, el tren o el parque, enajenándonos de nuestra propia especie, repeliéndonos hasta poner en peligro de extinción la realación social y llevarnos a una absoluta soledad individual, entre grandes multitudes.
Esta falta de comunicación mueve a compartir con los demás las ideas en un intento por limpiarlas de perjuicios y tabúes que nos impiden el uso y disfrute de aspectos interesantes que despreciamos e ignoramos y pueden enriquecer el espíritu y las normas, cuando las asimilamos en una selección basada en la lógica y la naturalidad. Esas ideas que manan de nuestra exclusiva cosecha intelectual allá en nuestro sombrío y solitario deambular, necesitamos medirlas, cotejarlas, homologarlas y validarlas. Tras un teclado las lanzamos al cosmos en la esperanza de recibir los deseados ecos que nos ayuden a evaluarnos a su través. Su valor será aquello que quede en pié tras un chorro de críticas, calificaciones y descalificaciones que las desnuden, despiecen y presenten los restos de sus esencias, en su plenitud de valores y aromas o su decepcionante desaparición tras la burbujilla final del efecto arrollador del agua tras pulsar la cisterna del inodoro, dejándonos en la realidad que araña nuestra posible fragilidad moral, ética o intelectual, que nos obliga a una reflexión que recomponga esos momentos de perpleja inseguridad.
Como un preservativo reduce ciertos miedos en el amor, el blog reduce esos inexplicables efectos repelentes, incitando a la intercomunicación entre millones de desconocidos, permitiendo la indispensable necesidad de la comunicación entre la humanidad, cuya evolución técnica y económica es inversamente proporcional a la evolución social y política, que nos lleva a un nivel de aburguesamiento familiar y degradación política, que nos convierte en potenciales auto marginados. El intercambio de ideas y conceptos, a través del blog, nos llevará poco a poco a recuperar la objetividad y los referentes éticos y morales que permitan la convivencia abierta, sin miedos y sin complejos ante lo extraño, poderoso o agresivo, armados cada uno con su verdad y la racionalidad para llevarla a debate culto y cívico, que nos una en el conocimiento.
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