“No hay camino hacia la libertad; la libertad es el camino” ( Mahatma Gandhi )
Una de las primeras decisiones que tomó el Sr. Pere Navarro al poco de ocupar el cargo, como jefe de la DGT, fue la de hacer y publicar listas de conductores “malos malosos”. Alguien le debió dar un buen consejo y decidió aplicar sus orientaciones que, por incalificables, las catalogaré solo como antidemocráticas, siguiendo los cauces oficiales imitando a sus antecesores. Un régimen como el nuestro actúa como radical, pero pareciendo demócrata.
No ha habido un solo jefe de la DGT que no haya logrado sus objetivos con creces. Entendiendo como objetivo el económico que es el único que se desprende de las actuaciones y permanente chorreo de normas siempre cohercitivas y dolosas mientras, mas o menos, se mantiene el nivel de accidentes mortales. Por lo que se puede ver y observar el Sr. Pere no se queda a la zaga. Se mantienen los muertos necesarios que justifican dar los instrumentos necesarios a los recaudadores y furtivos para mantener el nivel de sus suculentos ingresos que es al fin lo que sí da resultados. El macabro negocio de los muertos infla las arcas de un ministerio con mentalidad y medios obsoletos hasta como tercermundistas. Naturalmente no desentona en absoluto en un país donde la democracia brilla por su ausencia, tanto como la política. En un país donde se lastra a la ciudadanía para limitar su avance y nivel cultural, social y cívico a un plano inferior al del inepto en jefe.
Para el Sr. Pere es lógico hacer públicas listas de conductores con faltas, supuestamente de tráfico,(como elemento represivo, no siempre lo son) impidiendo o dificultando la posibilidad de rehabilitación contemplada en nuestro “estado de derecho” como elemental. No es el primero. Ya lo intentó alguien con los maltratadores y otros delincuentes. La señora ministra de sanidad, incita públicamente a los ciudadanos a delatar a los fumadores. La promoción del chivato miserable, por responsables de distintas instituciones, tampoco es nueva en España. Luego tiramos de la levita a los mayores contaminadores y despilfarradores de recursos y vidas humanas del planeta. Un estado ocupado por individuos centrados especialmente en recaudar, que amaestra y utiliza a lo peor de lo peor por los peores medios para reprimir y esquilmar tienen la osadía de señalar como delincuentes a sus víctimas.
Resulta que las trampas y los furtivos recaudadores son situados, o camuflados sin distintivos, en tramos y zonas donde los riesgos de accidente son mínimos y por ello el conductor usando su libre albedrío, experiencia, sensatez y conocimientos, se permite aumentar o disminuir la velocidad adaptándose a la densidad de tráfico, a la calidad de la calzada, a las condiciones meteorológicas y a las prestaciones de sus vehículos. Caemos como conejos, rebajados a categoría de delincuentes, por rebasar una velocidad rebajada por pura rentabilidad pero no por excesiva.
Mientras los muertos los siguen dando las carreteras abandonadas y llenas de barrancos y curvas a veces mal señalizadas, y algunos “asesinos” que circulan por ellas y que solo se dan cuenta de lo que corre su coche cuando, después de ir pisando uvas, alguien intenta adelantarlos y se “pica” dejando al otro expuesto al choque frontal. O los camioneros que dan un volantazo invadiendo a noventa o cien un carril por el que se circula a ciento treinta o ciento cuarenta. Pero que no son rentables para distraer medios ni personal en su mejora, y control y socorro de accidentados. Es mas fácil y rentable criminalizar a veinticinco o treinta millones de conductores que localizar y cazar a esos cuatro desgraciados. Cuando los graban, con cámaras, los utilizan para justificar la represión sobre TODOS. Nunca nadie explica que mas del noventa y nueve por ciento de los conductores lo hace bien y a pesar de eso son marcados para carne de furtivo.
Se prohíbe la publicidad comercial, porque distrae al conductor, y nos llenan las carreteras de carteles que cuentan sus muertos de su márketing...
De todo esto se deduce que a la DGT les importa un bledo la vida de los conductores. Si les importara algo sus vidas, en lugar de furtivear para multar se dejarían ver. En lugar de circular sin distintivos para furtivear, deberían hacerlo con ellos. En lugar de furtivear en las largas rectas y llanos, que aumenten la presencia y señalización en carreteras semiintransitables. Lo que mas induce al conductor a cumplir las normas es la presencia policial. Esto SÍ evitaría muchísimos accidentes. Esto NO favorece la recaudación. Esto no reprime ni acobarda como la amenaza y la extorsión de retirar un documento que debe ser intocable y que en muchos casos es el único medio de vida. Los ocupas como no tienen carnet de ocupa, pues nadie se lo puede retirar.
El concepto del “estado de derecho” que tienen estos lumbreras, consiste en mercadear con los derechos naturales de la gente. O que, para perseguir el delito, las fuerzas de seguridad inducen al mismo hasta que alguien “pica” y es debidamente esquilmado y maltratado. O tratar a la gente como delincuente peligroso provocando, vejando o maltratando. A veces hasta la muerte. O criminalizar a grandes colectivos. O tratarlos como a imbéciles. O como a ganado.
Se negocia con terroristas. Se asocia al Estado con radicales excluyentes renegados y traidores.
Ellos saben que nunca habrá nadie que les quite puntos hasta mandarlos al molar, por su actitud antidemócrata, antisocial, antipolítica, antijusticia, antiprofesional, antihonesta, antileal, anticiudadana, anticívica, antiética, antimoral, antihumana...
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