Ya se preocupó Felipe Gonzáles y sus huestes de dejar bien sentada la imposibilidad de dejar espacios y aire para los autónomos. Las hornadas, de ocupas, que le precedieron solo tuvieron necesidad de dar alguna que otra pinceladita por aquí y por allá para ir cerrando el círculo dentro del cual se generaba un vacío democrático y se habría la veda para caza, captura y comercio de carne de autónomo. Siempre perfectamente justificado, por algún ocupa, con alguna explicación “científica” resumida en tres palabras: “Los autónomos defraudan”. Quedaba clara la condición de “delincuente” del colectivo autónomo. Quedaba clara y limpia la condición de buen contribuyente y sustentador del estado de la COE. Quedaba clara, y justificada, la represión económica y legal hasta la mas absoluta indefensión desde absolutamente todas las instituciones en las que se pusieran a tiro.
El miedo, la amenaza, la extorsión, el esquilmo y el trato vejatorio ha sido, y es, la tónica del trato entre los ocupas, y sus esbirros, con “la clase inferior” creada explícitamente para ser explotada y chuleada a la par de ser la mas controlada y además de desprestigiada, desde la administración, con calificativos como “vagos y/o defraudadores”, haciéndoles pagar todo el dinero negro del mercado del trabajo, mediante impuestos exagerados, las cuotas de los módulos y robos descarados por el uso de la calle.
La pequeña cuota de mercado que cubre el autónomo, especialmente en el sector de servicios, siempre preocupó a los patronos de los ocupas. Ambos han estado, y siguen estando, inventando normas y obstáculos que limiten el acceso del autónomo a determinado mercado que han querido monopolizar y que consideran a estos como una competencia desleal cuando, al principio, podían permitirse mejores precios por menos gastos generales y tenían derecho a ocupar la calle con su principal e imprescindible herramienta de trabajo: Su vehículo. A día de hoy la extorsión y la presión clara y manifiestamente mafiosa de los ayuntamientos, junto con otras instituciones que los reciben como carne podrida, se hace insoportable e insostenible. Para poder mantener la presión, de estas mafias, se han visto obligados a trabajar un número de horas muy superior al necesario para sobrevivir con dignidad, además de un gran número de festivos. La sed de dinero y negocio de ocupas y socios la pagan los autónomos CON DESCARADA ESCLAVITUD Y REPRESIÓN.
El broche de oro es pagar entre todos los viajes y estancias de la gran empresa en sus desplazamientos a países extranjeros. X cámara de comercio uno de los virus inyectado en la vilipendiada dignidad y endeudada cartera de la mayoría de autonomos. Todo porque un juez lo firmó. Así de sencillo.
¿Donde están aquellas ocho horas que garantizaban la vida con el malvado Franco?. ¿Cuantos pueden cubrir gastos completos, de una familia, y pagar vivienda en propiedad, trabajando ocho horas? Franco era un maldito dictador. Y ahora ¿que somos? ¿Una explotación, como los algodonales del Misissipi del siglo XIX? Desde luego los negreros si que viven mas felices. Los únicos, y los que pillan de ellos.
Creo que ocuparan un lugar de honor, en el vertedero, junto al permiso de enfermadad con el que les obsequió el lumbreras de York Tawn.
Pobres autónomos. Mas palo y mas zanahoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario