miércoles, octubre 03, 2007

El privilegio de la renuncia activa. Causa y efecto.

No se puede pretender disfrutar de un hermoso vergel, desde el patrocino y las alianzas con la sequía y los incendiarios a la par que se decapitan a bomberos y jardineros.

El rey de dicho vergel está blindado por ley, y goza de numerosos derechos y prebendas que le distingue y eleva sobre el resto de ‘convivientes’. Todo garantizado y gratis. ¿Gratis? El rey también tiene deberes. Pocos pero claves, relevantes e ineludibles. ¿Ineludibles? Si no cumple con sus deberes, las prebendas que recibe serán gratis e ilegítimas. Si cumple con sus deberes, serán el fruto de unos trabajos, bien pagados. Muy bien pagados. ¿Qué ocurre cuando es igualmente bien pagado a la vez de eludir esos deberes? Está claro. Producirán grandes daños a la Nación y al contrario de lo que puedan creer, esto solo es un chollo a corto o medio plazo. Antes o después tendrá efectos fatales. Especialmente cuando esos deberes omitidos consisten en controlar las llaves que permiten mantener fresco, florido y hermoso, ese vergel, del que disfruta de forma privilegiada sobre el resto de sus moradores, quedando estas funciones en total abandono o en manos de otros intereses y de otros menesteres más rentables a intereses bastardos, y que propician la erosión y resecamiento del lugar, en el total abandono y falta de organización y de los necesarios medios y cuidados.

Mientras los que sufrieron las tarascadas de esa erosión eran ‘súbditos’de poca monta, todo iba sobre ruedas. Cuando rondaba la ‘zona privilegiada’, en lugar de retomar las riendas de sus trabajos y responsabilidades, se limitó a seguir cobrando, de espaldas a la Nación, y a contemporizar con los ‘incendiarios’ en la ingenua seguridad de que él sería respetado y ’refrescado’.

Ya no hay vergel. La sequía y la erosión, que antaño sufrieron solo los ‘mortales’, ahora también amenaza sus aposentos y ponen en peligro su privilegiada situación. Lejos de reaccionar y recuperar el derecho a ejercer sus deberes, poniendo orden y las cosas en su lugar, solo se limita a reivindicar la sopa boba, en la continuidad de uso y disfrute de unos derechos legales, cuya parte de contrato jamás cumplió. Cuya parte de contrato que jamás cumplió nos ha llevado y le ha llevado, a la situación que ahora todos, él también, padecemos.

Algunos de los que le pagaban con nuestro dinero procurando que omitiera sus deberes, hacia nosotros, para mangonearnos a gusto, han entrado en el pánico de las consecuencias de su propia osadía delictiva y traicionera. Ahora lo defienden a capa y espada porque ahora se acuerdan de que ‘representa la unidad y las garantías constitucionales’. ¿Ahora y solo para amainar el temporal generado por los nazis que han criado y amamantado? ¿Qué unidad y qué garantías constitucionales ha representado durante treinta años de continuadas pérdidas de derechos y libertades de un pueblo que termina sometido, ignorante, hedonista y esclavizado? ¿De un pueblo que solo ha pagado democracia sin que le sea permitido disfrutar de sus derechos constitucionales? Ni representa nada, ni nunca representó nada, desde el mismo momento que renunció a ejercer esa representación, dejando a la Nación, que lo mantiene, en el más absoluto desamparo e indefensión, frente a las sabandijas que la reprime, la rompe y la expolia, desde el Estado. Si hace tres años hubiera retomado y hecho su trabajo, como millones de ciudadanos le pedimos angustiosamente de mil formas y lugares, sabiendo que esto llegaría, hoy él y España y los españoles gozaríamos de esa paz y unidad que ahora tanto ‘echan de menos’ todos los que la han destruido, incluido él. El pueblo ya hace mucho que no goza de ella ni le importa mucho a estas alturas. Ni se va a preocupar en reconquistársela para más de lo mismo.

Me importa un bledo un Jefe de Estado y de las FFAA y garante del Estado de Derecho, que ni come ni comer deja. Que en lugar de ejercer, cobra por ver con buenos ojos la omisión de la legalidad, la destrucción de su reino y de la Nación, manteniéndose impasible e inane, observando el desmantelamiento del mando militar, leal a sus deberes y a la Carta Magna, animando a un gobierno traidor y canalla, que se alió con sus enemigos y que nunca ocultó sus intenciones de destruirla. Traidores y canallas que siguen renunciando a tomar el timón de una Nación rota, sin leyes, sin justicia y sin un Jefe que ponga orden. Que siguen aferrados a la poltrona y gastando nuestros tributos, para evitar que llegue alguien y de algún rumbo a esta deriva.

Si le queda algo de dignidad, que por una vez cumpla con sus deberes, aunque sea ‘in extremis’, o que abdique. Hay que retirar el autogobierno a varias autonomías. Zapatero y su camarilla, en pleno, deben ser inmovilizados y las oleadas de nazis y terroristas, que ha institucionalizado, duramente reprimidos y erradicados, del Estado y de las calles. El Estado debe recuperar todas las competencias vitales para las garantías constitucionales. Hay que instaurar la legalidad democrática y su rigurosa aplicación contra sus enemigos. YA.

Clandestino

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