sábado, octubre 11, 2008

Ingrid. De víctima a mujer anuncio del surrealismo político más inmoral.



Todos nos congratulamos con la noticia de su liberación, junto a la de otros ciudadanos colombianos y norteamericanos, mediante una admirable operación militar impecable, llevada a cabo por las FF.AA de Colombia. Aún seguimos lamentándonos y esperando la liberación de otros secuestrados por la barbarie criminal del narcoterrorismo de las FARC.

Curiosa e inexplicablemente, Ingrid pasa de ser víctima del terrorismo, a personaje popular, blanco del agasajo y reconocimiento internacional –sin que nadie pueda explicar o reconocerle algún mérito, civil o político, que lo justifique- para finalmente aceptar el controvertido papel de colaboracionista convencida de que la legitimación política del terror es necesaria para alcanzar la paz. Acepta encantada, el papel de ‘apaciguadora’, alineándose con las tesis ramplonas o criminales de la progresía auropea, asentada a medio camino entre el crimen de estado y la complacencia con el crimen del hampa, en una alianza que macula los valores y principios sobre los que se asienta la cultura y la civilización europea, y viola los derechos de sus víctimas comunes, en pro de una paz consistente en compartir con ese mundo criminal, los espacios y poderes del estado, exigidos a base de terror y muerte.

Naturalmente Ingrid puede hacer con su vida lo que le apetezca. Nadie está en el derecho a condicionar su ideología o moral. Pero sí estamos en nuestro derecho a disentir y criticar o manifestar nuestro rechazo, por sus actos o iniciativas proterroristas, que tanto benefician a sus secuestradores, y a gentuza de su calaña. No menos beneficia a miserables responsables de estados e instituciones, dispuestos a entregar el derecho ciudadano, dando legitimidad al crimen cuya existencia se debe a su indolente omisión. Y por supuesto, es deber y derecho manifestar una firme repulsa por esos gobiernos que la utilizan, para justificar el expolio y ensañamiento legal contra sus naciones.

Transcripción de una de los múltiples formas de diálogo de la banda asesina, FARC


Ingrid fue una víctima del horror, con la que la inmensa mayoría ciudadana del mundo decente se identificó y clamó por su liberación. Hoy es un útil de ese horror, que esa inmensa mayoría que pedimos su libertad, incluidos sus propios libertadores, rechazamos frontalmente y para la que exigimos la rigurosa aplicación de la ley, sin más diálogo que su rendición incondicional.

Algunos dicen que se equivoca. Yo le niego el beneficio del error. No tiene derecho a la consideración de error, sobre una actitud firme, clara y deliberadamente favorable a las reivindicaciones delictivas de una escoria que la violentó en todos sus derechos, durante siete años, por respeto a otras víctimas de secuestro, a manos de organizaciones terroristas, de la coherencia de José Antonio Ortega Lara, por ejemplo.

La estafa democrática y el embaucamiento obsceno e inmoral, es evidente, en el uso deplorable, del tirón mediático de una figura, puntualmente en el candelero internacional, por circunstancias totalmente ajenas a cualquier mérito que la avale.



Se le concede a Ingrid, el premio Príncipe de Asturias, a la concordia.

La Eurocámara propone a Ingrid, para el premio Sajarov, a la defensa de la libertad, los derechos humanos y la democracia.

¿Qué méritos acumula Ingrid para merecer el premio a la concordia, o a la libertad, los derechos humanos y la democracia? ¿Qué tiene que decir de interés para las políticas europeas, en el Europarlamento, alguien recién liberada tras siete años en la selva, ajena al mundo? Solo lo puede explicar su utilidad para el márqueting, como ‘mujer anuncio’.

La torpeza de conceder un premio Nóbel a una vacuna, ignorando al equipo científico que la creó con sus esfuerzos y conocimientos, o premiar al piano ignorando al pianista que deleitó a la audiencia que le aplaudía, solo puede estar justificado en el uso interesado del poder mediático, del evento.



Se está premiando y encumbrando a una víctima, de entre decenas de miles de ellas –cuyos méritos no rebasan la superación de esa situación gracias a terceros- pero que extrañamente se le ofrece un foro de resonancia política mundial, como el Europarlamento –previamente aliñado con un premio de cierto ‘tirón’ mediático, como el Príncipe de Asturias- desde el que reclama legitimación política para los actos de terror que ella misma sufrió, mientras se ignora e insulta la memoria de los muertos por la barbarie de estas alimañas, al gobierno legítimo y democrático, de Colombia, y al comando heroico, que planeó la operación y se jugó la piel para rescatarla, en un ejercicio admirable del cumplimiento del deber y de la legalidad que impone el ineludible deber de perseguir, hasta su total erradicación, el crimen contra la nación ciudadana, en el riguroso respeto a los derechos de los propios asesinos. Se está aplaudiendo y ensalzando lo que claramente se decanta como un útil político espurio, empardando la evidencia de fines espurios. Se utiliza la condición de víctima de Ingrid, para degradar al conjunto de víctimas del terror y legitimar la connivencia política, como cómplice del mismo, que aniquila el estado de derecho, en una parte amplia e importante del mundo, donde finalmente también es propuesta para el premio Sajarov.

¿Acaso fue la liberación de Ingrid un montaje con la implicación, entre otros, de los gobiernos colombiano, venezolano, francés, la Comisión Europea y las propia banda terrorista FARC, y que este rol absurdo e infumable, sea parte de la ‘operación’? ¿Se decidió la concesión del premio Príncipe de Asturias, durante la visita de Chávez al rey, en el Palacio de Marivent, en Palma de Mallorca? Descartada la amistad personal, la relación oficial o la imposible actividad política del rey ¿Qué otro sentido pudo tener la visita ‘personal’ o ‘particular’, de Chávez al rey? ¿Escribió las FARC el discurso de Ingrid, o tal villanía es toda ella de su propia cosecha? Ingrid fue liberada o rescatada, pero ¿Es consciente de que sus palabras legitiman a los asesinos para asesinar, retener e incluso ampliar el número de secuestrados actuales?



Sería aterrador que esta pesadilla macabra, en la que la vida deja de ser un derecho, formara parte de la realidad. Tanto en la prestación de estados democráticos a colaborar con bandas armadas para privilegiar la liberación de algunos rehenes, a costa de justificar un número infinito de ellos. O la prestación de los estados democráticos para apoyar y legitimar sus reivindicaciones, privilegiándolos sobre los miles de cadáveres a los que se negaron a prestarles las garantías pagadas, para sus derechos y su seguridad.

Clandestino

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Una reflexión muy dura.
Pero te felicito por la valentía y la lucidez de plantearla.

Clandestino dijo...

Gracias Minneconjou.

La realidad es dura. Cualquier reflexión sobre ella, necesariamente ha de serlo.

Para ello no es necesario tener valor. Basta con jurar lealtad a la verdad y desnudarla frente a sus mil y un trucos para ocultarla y deslucirla. No dejarse atrapar por ideologías, tabúes, iconos o convencionalismos burdos y banales, para engañabobos y aupalistos.

Mejor arriesgarse a errar que prevaricar contra nosotros mimos, avalando un sistema establecido para violar nuestros derechos.

Saludos

Martha Colmenares dijo...

Casualmente estoy escribiendo sobre el apaciguamiento de Ingrid. Pero de veras, no puedo ser tan dura.
Caramba, caramba, no puedo.
Sólo imaginarme una semana secuestrada en la selva me da terror, pero preocupante si, su exhorto puede servir de carne de cañón.
Lo enlazo cuando lo termine.
Un gran abrazo, Clandestino y pasé muy feliz mi día de la raza. Espero que tu también.
Un abrazo, Martha

Clandestino dijo...

Hola Martha.

Sufrí con el secuestro de Ingrid. Pero su actitud me produce más desazón que su cautiverio.

Como millones de personas, celebré la liberación de los rehenes. Y siempre me congratularé por ello y por ellos. Pero no le puedo aceptar tanta incoherencia, cuando ella mejor que nadie conoce las consecuencias. Es una terrible traición a los que padecieron igual que ella y a los que murieron, tan salveje como injustamente.

Sí. Soy duro. Lo soy porque sigo sufriendo por los secuestrados que aún lo siguen siendo. Por los que lo serán en el futuro, gracias a las 'recomendaciones' de Ingrid y de gobiernos criminales que la incitan a ello. Pero no soy tan duro como la posibilidad real de que todos perdamos nuestra condición de ciudadano, de pleno derecho, para ser reconocidos u ofrecidos como vulgar moneda de cambio, en un mercado político-criminal, del que ella acepta ser arte y parte activa, en su departamento 'diplomático-comercial'.

Que nadie olvide que todos somos víctimas potenciales, del terror y de los gobiernos que los acunan. Los asesinados, los secuestrados y los que podremos serlo en el futuro, gracias a la actitud criminal de esos gobiernos y de sus comparsas como Ingrid.

Me pregunto ¿Por qué ella? ¿Por qué se encumbra, se agasaja y se premia a ella, solo a ella y a nigún otro liberado, ni al comando que se jugó la vida por liberarla, ni al gobierno que tiene el valor de enfrentarse abiertamente contra el hampa? ¿Qué tiene ella de especial, que no tengan los demás?

Es obvio que ninguno de los otros liberados, ni el comando, ni el gobierno colombiano, accederían a ejercer de embajadores de los asesinos. Ella, en cambio, parece encantada de legitimar su crueldad. Nada tiene sentido.

A no ser que todo haya sido un montaje y todo estuviera pactado a varias bandas. ¿Es así de fácil llegar a un campamento terrorista con un helicóptero pintado de blanco y decir que son de la Cruz Roja y reporteros de la TV de Chávez, coger y llevarse a los retenidos?

Una vez localizada y fijada la posición, ¿Por qué no fue bombardeada, con aviación de combate, nada más retirar a los rehenes?

Tengo mis dudas.

A./ dijo...

Un placer volver a leerte, Clandestino.

Clandestino dijo...

Saludos a./

Un placer leerte por aquí.

Mike dijo...

Vaya. Veo que coincido con alguno más, pues he escrito en la misma dirección que tú.

Saludos!

Anónimo dijo...

Ya lo he enlazado, Clandestino en el artículo, que ya has visto.
Un abrazo

Yolanda Viveros Márquez dijo...

Me he encontrado con este blog buscando historias sobre Ingrid Betancourt y desde mucho antes de su liberación he leído a muchos colombianos decir que ella se había buscado el secuestro y ahora aparte de lo que acabo de leer, Clara Rojas en su libro la deja como desagradecida y mala amiga. Soy paraguaya y vivo en España, por lo que la realidad colombiana me es relativamente lejana, pero he sufrido por el cautiverio de Ingrid y he celebrado su liberación como si se tratara de mi propia familia.
Muchas cosas podemos decir en un papel, también puede ser un buen "Marketing" escribir sobre ella, sobre la tan mediática Ingrid; hasta con el tiempo la dura y valiente reflexión podría hacerla "merecedora" de algún galardón periodístico o político.
Soy una gran admiradora de Ingrid Betancourt y creo que se ha merecido el premio príncipe de Asturias de la concordia porque su imagen, oratoria, cultura y constante mención de los secuestrados a quienes quiere ver libres, eso la convierte ante los ojos del mundo en un símbolo de lucha contra el secuestro, contra la opresión. ¿Por qué ella y no los otros?, porque tiene carisma, tiene voz y en por lo menos tres idiomas, fue candidata a la presidencia, es una persona influyente, con doble nacionalidad, la segunda Francesa, un país potencia europea que se ha involucrado con Colombia en la lucha contra la guerrilla gracias al secuestro de una ciudadana francesa. ¿Por qué no los otros?, porque son Juan Pérez, porque para bien o para mal, el premio se lo lleva el que más oportunidades tuvo y logró hacerlo mejor. Hace unos meses me tocó llevar a mi hija a la consulta pediátrica y me atendió un médico Colombiano que está haciendo aquí creo que una especialización, me dijo que era una verguenza que le dieran tantos premios a Ingrid. Ustedes los Colombianos deberían estar orgullosos de tener una representante tan digna, tan a nivel de las altas esferas políticas, tan querida en Europa y en todas partes; porque eso le beneficiará a Colombia, hasta las misses que no tienen más "méritos" que su belleza física reciben premios y por qué no Ingrid quien además de testimonio de lucha y cautiverio eleva ante el mundo la imagen de la mujer sudamericana. El tema del apaciguamiento me parece una táctica, no creo que ella quiera "negociar con los que la tuvieron cautiva", ella lo que quiere ante todo y a pesar de todo es la Paz, la liberación de los cautivos y si no es así, se merece otro premio mayor por hacernos creer al "resto" quienes no compartimos el criterio expuesto sobre ella en este blog, que lo importante es la paz, la liberación de los prisioneros, que debemos levantar nuestra voz contra la guerrilla, contra la violencia, así se tenga que dar un abrazo a Hugo Chávez. Ella no tiene la culpa de que no todos tengan la oportunidad ni la capacidad que le da nuevamente la vida. Mis respetos y saludos a todos los colombianos.

Candidatos Presidencia dijo...

Pienso que todo lo que vivio Ingriid en la selva, va ser muy dificil de olvidar para ella y para toda su familia, alguna vez a ella le preguntaron si volveria al campo político, y ella respondio que era muy pronto para pensar en ello, ahora con la cercania de las elecciones 2010, no seria sorpresa si ella se lanza o apoya a algún partido en particular. Hace poco leí un artículo que hace referencia al post, en un portal colombiano dedicado a brindar información acerca de las elecciones 2010.