sábado, diciembre 25, 2010

De la Natividad a los clavos de Cristo



Convirtieron La Casa de Dios en su antro de operaciones donde concretaban sus transacciones y planificaban sus golpes criminales contra sus semejantes.














Entonces Dios nos envió a su hijo Jesús, hecho hombre, para prevenirnos e instruirnos contra el mal, y ordenar el desorden.

















Cristo creció, nos enseñó a vivir encontrando la libertad en la verdad, y nos mostró el camino expulsando a las ratas de La Casa de su Padre.















Pero la propiedad camaleónica y la falta de escrúpulos de 'la casta', les permitió mimetizarse en todos los espacios, niveles y orientaciones políticas, sociales o religiosas, minando desde dentro.















Ocuparon estados sirviéndose de la guerra, del terror, de la corrupción y de la estafa.














Entonces lo asesinaron, como forma habitual de librarse de la decencia, como principal obstáculo a sus fines.














Y sometieron a la humanidad en la hambruna y la esclavitud, desde la niñez.




















Algunos de los responsables de expulsarlos de las estancias soberanas del pueblo, no juraron la alta responsabilidad contraida con su nación. Solo la prometieron faltando a su promesa, traicionando a la nación y omitiendo el deber, sumándose a toda una larga cadena interminable de omisos con el deber y con las leyes, con lo que tan valiosa ayuda y legitimación presta a los enemigos de la Verdad, de la Libertad, de la Justicia y de la propia Nación.













Y ahí están ufanos y orgullosos de su triunfo impune sobre la Verdad y sobre la Justicia, dispuestos a no irse para siempre.

(A pesar de su pose chulesca y provocativa, tan habitual en etarras detenidos, ZP no está esposado. Puede ser que solo lo este ensayando).















Mientras los pueblos indefensos sin gobiernos y sin amparo alguno ni de su estado ni de la Justicia, se debaten entre la gente libre e independiente y los dependientes amaestrados desde las escuelas serviles al crimen organizado en el estado, y que siguiendo el camino que tan valerosa y sabiamente Cristo nos mostró, impiden a la gente libre expulsar al crimen organizado, que ha convertido a La Casa de La Nación en su madriguera inexpugnable.



Feliz Navidad, que nos trajo el cristianismo como nutriente indispensable para el espíritu libre e independiente de los humanos, y de toda forma de vida natural.


Clandestino

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