“Nacional catolicismo”, “ruin”, “intolerante”, “de hace treinta años”, “en contra de todos los homosexuales y de sus derechos”, “imagen sacada de hace treinta años”, “la extrema derecha y la Iglesia a la calle”.
Estos son los argumentos principales con los que los homosexuales justifican sus reivindicaciones, últimamente. No porque poseen el derecho natural, sino porque los heteros somos unos monstruos nada más ni nada menos que "católicos" y algunos hasta de "derechas". ¿Desde cuando tienen derechos las clases "inferiores" que no son gays y encima algunos hasta son católicos y rizando el rizo algunos atrevidos llegan a ser de derechas?
Si bien Felipe González vivió, políticamente, de rentabilizar al malo de Franco, y muy poco más, los homosexuales parece que aun quieren exprimir más el limón. A las expresiones que se leen arriba estos días, con motivo de la manifestación, se podrían añadir una serie de recordatorios de cuando Franco los perseguía y lo malos que eran los monstruos heterosexuales con ellos. Algunos ironizan ridículamente haciendo historias en la que se cambian los papeles. Otros, mas “machitos”, se muestran con comentarios mas hirientes y agresivos.
Estos colectivos están totalmente convencidos de que solo existen sus derechos. Además avalados por una gente que dicen son el gobierno. Tal vez lo sean, pero desde luego, no gobiernan para mí. No gobiernan para muchísimos millones de españoles que tenemos derechos y no renunciaremos a ellos.
Mienten. Todos mienten como bellacos con toda la poción de veneno que contienen las mentiras sibilinas y tendenciosas. Desinforman y utilizan los medios del estado de TODOS para publicitar y justificar la expropiación ilegítima de nuestros derechos.
Mienten, premeditada y bochornosamente, cuando dicen que les negamos sus derechos. No es cierto. Es más, reclamamos que se regulen sus derechos. Pero no permitiré que me despojen de los míos.
Exigen sus derechos desde la usurpación del derecho ajeno. Niegan el derecho a gente porque son católicos, como si estos fueran de otro planeta y no contaran. Los minimizan y no reconocen sus derechos por su condición ideológica o religiosa. La inmensa mayoría que ni somos católicos ni de ideología concreta, también somos desheredados de nuestros derechos porque al pedirlos “automáticamente somos convertidos en nacional católicos de la derechona recalcitrante que NO tienen derechos”, porque los dueño y señores de los derechos de cada uno de nosotros, son sus primos del zumosol.
Desheredan de la gracia de recibir del amo y custodio del derecho, porque son molestados con manifestaciones para impedir ser despojados de ellos. Se supone que esperan que todos los heterosexuales de España nos sometamos a la expropiación innecesaria, injusta e inexplicable para ser felicitados como niños buenos. O gey o castrado.
Cuando alguien reivindica sus derechos democráticamente desde el respeto al de los demás, es obligado oirlos y reconocerlos. Cuando se invade el derecho ajeno deslegitimándolo desde la mentira y la descalificación por interés, condición, ideología o religión, solo es una chusma maloliente que hay que tirar por el vertedero, junto con sus apoyos. Políticos o artísticos.
Limítense a reivindicar la regularización de sus derechos y dejen de provocar metiendo manos en bolsos ajenos. El tema es demasiado serio para tomárselo de forma tan frívola e irresponsable.
“No genera violencia el que defiende sus derechos sino el que se los arrebata”
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