martes, julio 01, 2008

Coge los votos y corre.

La delincuencia no puede hacer la Ley, pero ocupa el estado, legaliza sus delitos, convierte a los ciudadanos en zombis serviles adheridos a su cuerpo político, renunciando a su libertad y haciéndoles concebir ‘derechos de esclavos’, y convirtiendo la vida de la disidencia en una terrible cárcel infernal.



Andaba Mariano Rajoy, con su aspecto adusto, sobrio y austero, abiertamente implicado -e implicando al PP, partido al que representaba y representa, dirigía y dirige- en la legalidad constitucional, en la igualdad de todos los españoles (independientemente de su lugar de nacimiento, origen ideología o confesión) en la lealtad nacional y especialmente comprometido en llegar hasta el final en pro de conseguir justicia para todas las víctimas del terrorismo. Así lo vi y así se lo oí decir en varias ocasiones ante cientos de miles de personas que confiamos en él. Alto, fuerte y claro dejaba sentado, una y otra vez, que esas eran las directrices de la política del PP, como partido de centro. Esa posición de centro y esas directrices fueron apoyadas por la nada desdeñable cantidad de votos, cercana a los diez millones y medio.



Apenas unos meses después, Mariano Rajoy se pone a buscar el “centro” en el que todos creíamos que estaba -siempre dijo que era allí donde estaba- diciendo que “de cuando en cuando hay que moverse y que no se puede quedar por las esquinas”. Fue entonces cuando entendí: Mariano y la tropa que lo arropa no parecían muy distintos a la caterva del Tinell.

Nunca entendí muy bien estos movimientos extraños hacia la derecha, hacia el centro o hacia la izquierda, pasando por las esquinas. Claramente estos movimientos solo tienen la utilidad de enfrascar al ciudadano en el típico mareo de la perdiz, mientras sus mafias corruptas y sus thrileros de turno, le vacían la cartera, le vendan los ojos, lo amordazan y le taponan los oídos, enajenándolos totalmente de la cruda realidad que no es otra que vender democracia, mientras concentran y prostituyen el poder y legislan el expolio de los derechos fundamentales y patrimoniales.



El único lugar para cualquier formación política, en calidad y ejercicio de servio público, ha de estar totalmente liberada de ideología, y centrada únicamente en el inalienable sometimiento a la legalidad soberana del pueblo, al que únicamente ha de servir, desde la eficacia de la aptitud y la honorable humildad de poder hacerlo. No quiero un gobierno de izquierdas, ni de derechas, ni de centro, ni escorado a ninguna esquina o lateral. Quiero un gobierno eficaz en el servicio, y rigurosamente respetuoso con la legalidad que garantice la justicia que ampara el derecho. Ninguna ideología puede ser impuesta desde el estado, como central de suministro y servicios, según la demanda de los ciudadanos.



Busqué causas que justificaran este giro tan radical de Rajoy, suponiendo que alguna vez estuviera en algún lugar o mirase dirección alguna, fuera de su propia ambición. Quise creer que prefirió apoyar la clamorosa inutilidad del gobierno ZP, antes que permitir que este volviera a caer en manos de las jaurías del Tinell. Esperé. Pero las piezas no encajaban. No tenía sentido. Un pacto con los ineptos, no implicaba traicionar ni renunciar a sus principios, que son los de sus militantes y los de diez millones de votos. El paralelismo con ZP era evidente. Este se deshizo de los más útiles y críticos, dejando el PSOE con los de “usar tirar”. Rajoy hace exactamente lo mismo. El desprecio o rechazo del sector crítico, con gente de la talla y valores incuestionables como María San Gil u Ortega Lara, entre otros muchos, y la inclusión en la dirección del partido de una peste agusanada como Gallardón, no deja lugar a dudas: Mariano Rajoy mintió, como siempre lo hizo ZP. Utilizó la sensibilización de un gran sector de la ciudadanía para su negocio de votos. Nunca estuvo en el centro, ni nunca fue leal a sus electores ni a los principios que pregonó, mintiendo. Ha acudido al hueco del descalabrado pacto del Tinell, para formar un nuevo pacto que lo sustituya formando un gran PPSOE que sirva tanto a ZP como a Rajoy, contra España y contra los españoles, como ya lo hicieran los nazis y resto de mafias, en la legislatura anterior.



Mariano Rajoy simplemente ha hecho un movimiento para tocar poder, traicionando a su electorado y llevándose sus votos con él, como botín para reposicionarse políticamente, dejando a diez millones de electores abndonados, desarticulados y sin representación política. Ha dejado claro que sus objetivos son paralelos a los de ZP. Que la supuesta oposición que ejerció contra este durante la pasada legislatura, no era por la legalidad ni los principios que decía representar, sino para suplantarlo. Echarlo para ponerse él y hacer lo mismo que ZP. Ha dejado claro que todos forman una gran familia de vividurías, contra el ciudadano a cuya costa consiguen vivir en el lujo y el despilfarro y a cuya costa omiten las leyes del derecho y aprueban las de someter y expoliar.



Diez millones de electores que vivieron cuatro años de angustia, desamparo y acoso del estado, unidos alrededor de una figura que coge sus votos y su confianza y corre a “disfrutarlos” sazonándolos con el hedor putrefacto del lodazal que fluye incesantemente bajo los harapos de su peor enemigo. Diez millones de electores, que tendrán que sufrir otros cuatro años de acoso y derribo de un gobierno sumado a lo que creímos ‘la oposición’. Cuatro años más de acoso y menosprecio, sin voces ni tribunas de denuncia, bajo la tiranía política, añadida a la tiranía del silencio. Diez millones de electores al que deben unirse y articularse inmediatamente, tantos cuantos no compartan esta nueva alianza de omisos y traidores, organizando una seria oposición a la gran concentración de poder renegado del PPSOE. Organizados sin partidos, sin subvención y sin dependencia del cubil en el que se ha convertido el estado, a desalojar, limpiar y desinfectar, por los medios que sean menester. Ningún pueblo digno puede tener un estado regido por criminales.

“Prefiero una libertad peligrosa a una esclavitud tranquila”

“Un pueblo que aliena su soberanía, pierde su cualidad de pueblo y se disuelve por este acto. Se convierte en un rebaño al servicio de un déspota”.

Jean Jacques Rousseau



Clandestino

6 comentarios:

Jesaal dijo...

Estimado amigo:
Tienes un Premio en mi Blog. Mis felicitaciones.
Un abrazo
Jesús

Clandestino dijo...

Gracias Jesús.

Ser reconocido y recordado por los mejores, es el mejor premio.

Un abrazo

Clandestino

Martha Colmenares dijo...

Clandestino, muy interesante reportaje. Vamos viendo como se parecen estas ideologías en su forma de gobernar. En mi país, éramos adecos, copeyanos, independientes, y los de izquierda. La democracia se sostuvo por sus principios, bien o mal, funcionaban las instituciones, existía la división de poderes. Y ahora al vernos gobernados desde un mezclote de lo peor del pensamiento universal que dice llamarse revolución bolivariana, socialismo siglo XXI, se nos plantea la disyuntiva del se es o no se es. O eres revolucionario o eres de derecha. Muy particularmente, ante esto, esos que van al medio para allá y para acá como tu dices, se han convertido en un verdadero problema.
Bien, tu análisis amerita otra lectura.
Un abrazo, Martha

Clandestino dijo...

Hola Martha.

La izquierda vende bien su producto, al tener su origen y bendición, en grandes y conocidos filósofos y pensadores. Se limitan a ofrecerlo, conseguir el voto y luego a estafar que es lo suyo.

La derecha lo tiene peor al ser menos carismática, por tener peor cartel y por ser muy mal defendida y peor explicada. Además tiene la dificultad que la derecha al tener poco de ideología y mucho de forma de entender y hacer la vida, exige esfuerzo y responsabilidad para ubicarte en su zona de influencia. Es aquí donde con el hedonismo nihilista de la izquierda, hemos topado. Nadie va a vivir en el esfuerzo cuando lo prometen hacerlo en el cuento.

Entonces Mariano anda como un elefante en una cacharrería. Atropellando todo y a todos, adoptando las tácticas de ZP, en vista de lo fácil que es timar al personal y salir como héroe tras el cobarde y criminal engaño.

Creo que es el momento ideal para explicar al personal la estafa ideológica, al ser un decorado engaña tontos. Pues si pagamos democracia, lo que debemos exigir es democracia y que cada uno practique su ideología en el club o en su casa, y que cumplan con su deber de servir a la nación, en sus demandas, que es para lo que son elegidos y para lo que les pagamos.

Un abrazo

Clandestino

braincrapped dijo...

El idioma oficial se resume en beeeeeeeeeee.

eZPaña, tierra de ovejas y cabr*nes.

Caballero ZP dijo...

Creo que la palabra centro se ha convertido en una coartada de la izquierda para imponernos sus idearios pareciendo lo políticamente correcto y moderado, un gran engaño en el que muchos han caído.
Saludos